viernes, 16 de marzo de 2007

JUICIO 11 -M SUMARIO 20/04 DECIMOQUINTA SESIÓN

El ex comisario jefe de los Tedax Juan Jesús Sánchez Manzano, responsable de los análisis de los explosivos de los atentados del 11-M, ha explicado, como testigo, que los análisis realizados por su unidad de las muestras encontradas en los trenes dejan "interrogantes abiertos" sobre el tipo de explosivo y la marca. interesante el papelón de este comisario jefe. En que manos estamos. Menudo pajaro. Ahora ha quedado al descubierto, pero vaya elemento, comisario político, más bien.

A las 14.00 horas del mismo 11 de marzo, Sánchez Manzano informó al comisario general de Seguridad Ciudadana, de quien dependía la unidad de desactivación de explosivos, de que se había "detectado dinamita". Sin más. La marca no la sabían porque los análisis que realizan los Tedax no llega hasta ahí.

Tampoco pueden determinar los componentes. "Es imposible establecer componentes de los restos", ha declarado. Sin embargo, en los informes remitidos al juez Del Olmo, los Tedax reconocen que se han hallado "componentes de dinamita".

Si es "imposible" para los Tedax saber qué componentes integran los restos de explosivos, cómo se puede determinar después que hay componentes de dinamita, se ha preguntado el juez Javier Gómez Bermúdez. "No lo entiendo", ha expresado el magistrado.

El ex responsable de los Tedax ha emplazado a la declaración que haga la perito que realizó los exámenes para saber qué componentes encontró entre los restos analizados. Aquellos primeros análisis de la mañana del 11 de marzo se realizaron sobre muestras de los focos de la explosión, pero él no estuvo al tanto de lo que se recogió ni de lo que se analizó, según ha reconocido.

"Todo el mundo sabe lo que tiene que hacer" en su unidad, dijo al principio de la comparecencia. Por otro lado, destacó que la perito que realizó los análisis "lleva 20 años haciendo peritajes similares".

La acusación de la Asociación Ayuda a las Víctimas del 11-M le ha preguntado si, al no poder precisar el tipo y la marca de explosivo, no se remiten los restos hallados a la Policía Científica. Sánchez Manzano ha informado entonces de que sólo se procede de esa manera con los restos de explosivo que no han deflagrado. "Cuando son restos no pesables, impregnaciones, se quedan aquí", ha afirmado. "No se planteó mandar a la Policía Científica porque nunca se había hecho. Es el protocolo. Siempre se ha hecho así", ha añadido.

La imprecisión sobre el tipo de explosivos que estalló en los trenes hace tres años es lo que ha provocado que el tribunal del 11-M haya ordenado un análisis pericial de los restos hallados en los focos de las explosiones y en los lugares clave de la investigación. El examen definitivo aún no se ha concluido, pero los exámenes preliminares han mostrado restos de una sustancia que no está presente en la Goma 2 Eco, el explosivo empleado en los atentados según la fiscal, Olga Sánchez, y el juez instructor del caso, Juan del Olmo.

En cualquier caso, aquel 11 de marzo por la mañana ya se había descubierto un trozo de cartucho de Goma 2 ECO y siete detonadores en la furgoneta aparcada junto a la estación de Cercanías de Alcalá de Henares. Que era Goma 2 ECO lo dedujeron los Tedax por la mañana porque vieron que el explosivo hallado era el mismo que ellos empleaban en prácticas; la Unión Española de Explosivos lo ratificó por la tarde y, además, identificó los detonadores como de su fabricación.

Sin embargo, dado que Unión Española distribuye su material por todo el país, hasta el día 15 no se tiene la "primera información eficaz" sobre la procedencia de los explosivos: la empresa Caolines de Merillés.

Preguntado por si oyó a alguien alguna vez hablar de que el explosivo hallado podía ser "Tytadin" (el usado por ETA, de fabricación francesa), el testigo ha respondido que no.

Y respecto al hallazgo de dinitrotolueno (propio de la Goma 2 EC) y metenamina en los restos de los explosivos, el testigo ha asegurado que en su unidad habría sido "imposible" que las muestras se contaminaran de dichas sustancias.Sánchez Manzano ha explicado cómo actuaron los agentes de desactivación de explosivos cuando llegaron a los trenes. Lo primero que se hizo en todos los casos fue revisar los vagones y mirar todos los paquetes y bolsas para descartar que hubiera más explosivos. Así, a las 8.30 horas, el jefe de los Tedax recibe la comunicación de que se ha encontrado una bolsa en el tren de El Pozo que contiene una sustancia explosiva en su interior con un teléfono móvil y que se procede a su explosión controlada en el andén. Sin embargo, los agentes que dan con esa bolsa no encuentra aquella que, según la investigación, acaba en la comisaría de Vallecas, sin que nadie se haya enterado, entre los objetos recogidos en los vagones.

Sobre qué pasó para no haber encontrado la bolsa bomba en el tren, Sánchez Manzano ha respondido: "Lo ignoro". El ex responsable de los Tedax ha declarado que no pidió explicaciones a sus hombres por no haber encontrado aquel artefacto en el tren. "Les pregunté si habían mirado todas las bolsas y me dijeron que sí".

Preguntado por una acusación si en los escenarios no había perros policía que detectaran explosivos, Sánchez Manzano ha respondido que no lo sabe. En Atocha, donde él estaba, sí hubo perros, pero se retiraron porque "el perro no es nada eficaz en un escenario así".

La bolsa encontrada en Vallecas se desactivó a las 5.30 de la madrugada del día 12 de marzo. Sánchez Manzano conoció su existencia tres horas antes, a las 2.30.

El tercer artefacto que no explotó fue otro hallado en el tren de Atocha hacia las 9.00 de la mañana. Los Tedax lo explosionaron allí mismo.

El testigo también ha prestado declaración sobre el conocimiento que tiene de la intervención policial en Leganés el 3 de abril. Su relato ha sido el siguiente:

A las 16.30 le llamó el Comisario General de Seguridad Ciudadana y le informó de que había habido un tiroteo en Leganés y de que tenía que ir a la calle Carmen Martín Gaite de la localidad. Dice que entendió que el tiroteo se había producido allí mismo, pero la fiscal le ha dicho que fue en Zarzaquemada, así que él ha dicho que no lo recuerda. (La semana pasada, un agente de la Unidad Central de Información Exterior de la Policía dijo que se produjo un tiroteo en la propia vivienda con disparos de fuera hacia dentro.)

"Llegamos a las seis de la tarde. Ya estaba el cordón policial y se habían desalojado las viviendas", ha contado Sánchez Manzano. Allí estaban los máximos responsables policiales y ya habían llegado los primeros geos. "A las ocho empieza la intervención de los geos". A las 20.45 oye una primera explosión. Después, escuchó "voces conminando a que salieran" (de los agentes a los terroristas). A continuación, "unas detonaciones" que él identificó como disparos. Más voces. Y la gran explosión.

Entonces, comenzó la intervención de Tedax. Sánchez Manzano ordenó la entrada de dos agentes y también entraron dos bomberos. Allí se encontraron restos de explosivos, más de 200 detonadores y cartuchos con su inscripción de los lotes a los que pertenecen y que condujeron de nuevo a Caolines de Merillés

"Lo ignoro" y "eso pregúnteselo a la perito" han sido frases reiteradas por el testigo a lo largo de su interrogatorio. Él no es experto en explosivos ni licenciado en Ciencias Químicas, ha reconocido. No realizó ningún análisis ni revisó los realizados. Su deber era que se cumpliera el protocolo.

El 15 de diciembre de 2006, Sánchez Manzano fue destituido de su cargo tras recibir numerosas críticas del Sindicato Unificado de Policía (SUP) por haber hecho manifestaciones públicas como especialista técnico sin serlo. Juan Jesús Sánchez Manzano fue designado en su cargo por el Gobierno del PP, aunque se mantuvo con la llegada del PSOE al Ejecutivo.

La más 'sonada' fue aquella en la que afirmó que se había encontrado "nitroglicerina" en los restos de explosivos hallados en los trenes cuando la Goma 2 ECO no tiene dicha sustancia. Hoy ha vuelto a admitir que fue un error. "Era fácil cometer esa equivocación porque la nitroglicerina siempre ha estado asociada a las dinamitas", ha declarado.

El interrogatorio al testigo Juan Jesús Sánchez Manzano por parte de las acusaciones y las defensas ha sido tan prolijo en detalles que el presidente del tribunal se ha visto obligado a intervenir en varias ocasiones para acotar determinadas baterías de preguntas. "No entremos en tiquismiquis que no ayudan a esclarecer la verdad", le ha dicho al defensor de 'Mohamed el Egipcio', cuando le preguntaba por un detalle de su intervención en el piso de Leganés. Gómez Bermúdez ha tenido que intervenir otras veces para aclarar algunas preguntas al testigo. "Hasta yo me estoy perdiendo", ha exclamado el magistrado.

El inspector jefe de los Tedax de Madrid, que supervisó toda la actuación sobre explosivos en todos los trenes del 11-M, ha declarado en el tribunal del juicio por la masacre que él ordenó que se revisaran todos los trenes de cabecera a cola y viceversa dos veces.

Sobre cómo llegó una bolsa bomba a la comisaría de Vallecas procedente de El Pozo este responsable dice no tener explicación alguna, y asegura sin ningún tipo de reserva que, tras la llegada de los especialistas de su cuerpo, no quedó allí ninguna mochila con artefacto explosivo.

Si la hubo, es que alguien se la llevó antes de que llegaran los Tedax, supone el testigo.

Su declaración lo deja claro: "En El Pozo se revisaron todos los trenes, todos. Si no apareció ninguna mochila, sería porque se la hubiesen llevado; digo yo, es una teoría, se la podían haber llevado antes. De lo que sí estoy convencido es de que, después de la revisión de los Tedax que trabajaron allí, no había ni una sola mochila que tuviese un artefacto explosivo. Eso se lo puedo asegurar, que lo hicieron concienzudamente. Es más, les dije que lo hicieran dos veces y cuando hablé con ellos me dijeron que lo habían hecho cuatro".

Preguntado por el abogado de una acusación cómo se explica que una bolsa bomba saliera de El Pozo, fuera al pabellón de Ifema y después acabara en la comisaría de Vallecas, el testigo ha respondido: "No puedo explicárselo. ¿Puede explicármelo usted?".

Los Tedax llegaron a la estación de El Pozo más tarde que a las demás, hacia las nueve de la mañana. Su deber era revisar bien todos los vagones buscando posibles artefactos que no hayan explotado. De hecho, encontraron una bolsa bomba en el vagón segundo o tercero, en el piso inferior, y la explosionaron en el andén. Su peso aproximado, 10 kilos.

Foto de la mochila, el teléfono y la batería llevados a la Comisaría de Vallecas. (Foto: ABC)

Foto de la mochila, el teléfono y la batería llevados a la Comisaría de Vallecas.

Sólo después de hacer su trabajo, se apilaron en el andén todos los objetos hallados en el interior de los vagones. Después, se metió todo en 17 bolsones de plástico y se llevó en dos furgones policiales al pabellón de Ifema, donde quedó custodiado por la policía. Después, se trasladó a la comisaría de Vallecas. El inspector jefe de Policía Miguel Ángel Álvarez admitió hace un año al director general de la Policía, Víctor García Hidalgo, que podía haberse roto la cadena de custodia.

La bomba no estaba conectada al móvil

Aquella noche del 11 de marzo le llamaron para que acudiera a la comisaría de Vallecas porque allí habían descubierto una bolsa con una bomba entre los efectos recogidos en el tren de El Pozo. Cuando llegó, a las 2.30, los Tedax ya se habían desplazado a un parque cercano, el Parque Azorín, con la bolsa. Sabiendo que podía tener un teléfono móvil (como la explosionada por los especialistas en el andén), lo primero que hizo fue colocar un inhibidor de frecuencia que impidiera posibles interferencias. A nadie se le había ocurrido.

A la bolsa se le había hecho una radiografía, pero el operador que se la realizó afirmó que no se veía nada en ella. Sin embargo, el testigo, jefe de Tedax de Madrid, miró la radiografía en su despacho luego y sí que se veía algo: a él le quedó muy claro que el teléfono no estaba conectado con el detonador.

La radiografía en cuestión le costó un disgusto. El juez Del Olmo le preguntó un día por qué no explotó aquella mochila y él se sorprendió de la pregunta, puesto que en la radiografía quedaba claro. Resultó que aquella radiografía no había sido incorporada a la documentación que la policía le pasó al magistrado instructor. El testigo ha reconocido que se enfadó mucho por ello.

El inspector jefe de Tedax de Madrid también ha declarado ante el tribunal que, desde el primer momento, él y sus hombres descartaron que el explosivo que hizo aquellos daños hubiera sido Goma 2 EC o Titadyn.

Estos explosivos "no podían causar esos efectos" porque, con el paso del tiempo (a los tres o cuatro meses de fabricación), la velocidad de detonación se retarda, cosa que no pasa con la Goma 2 ECO debido a dos componentes que tiene, el nitroglicol y el nitrato amónico, que le hacen "mantener la potencia a lo largo del tiempo", según ha explicado.

Sin embargo, entonces desconocían la Goma 2 ECO y no sabían cómo deflagraba, ha reconocido el jefe de Tedax de Madrid, diplomado en desactivación de explosivos. "Personalmente no la conocía, y mucha gente de mi grupo tampoco", ha declarado. En su departamento no tenían muestras de Goma 2 ECO ni hacían prácticas con ella, al contrario de lo sostenido por Sánchez Manzano que ocurría en la Unidad Central. Allí, ha dicho por la mañana el ex comisario de Tedax de la Policía, se hacían prácticas con ECO y, por ello, se tenían muestras que se emplearon para compararla con el trozo de cartucho hallado en la Renault Kangoo.

Él dirigió todo el operativo de Tedax de la estación de Atocha. En principio, por los devastadores efectos vistos, pensaron que el explosivo era de tipo "C-3 o C-4", de alta potencia, con una velocidad mínima de detonación de 5.600 metros por segundo. Este tipo causa un humo negro. Entonces, cuando procedieron a explosionar el artefacto hallado en el primer vagón del tren (que no había explotado) y vieron que manaba un humo blanco, se quedaron desconcertados.

Cuando llegó a la estación de Atocha, sobre las 8.20 de la mañana del 11 de marzo, la situación era un "caos". Lo primero que ordenó fue "que se revisaran los trenes de cabeza a cola y de cola a cabeza dos veces hasta que no quedara nada por revisar", no sólo el atacado, sino todos los que había en ese momento en los andenes.

Asimismo, llamó a los equipos que trabajan en el resto de objetivos atacados (Téllez, El Pozo y Santa Eugenia) y les dio las mismas instrucciones. Fue así como se dio con la bolsa bomba que no había estallado en Atocha y en El Pozo. La de Atocha fue palpada por un operador, que apreció una sustancia "plástica" de color "blanco parduzco". No vio ningún teléfono móvil. Se intentó desactivar, pero no pudieron, así que procedieron a explosionarla.

Después, se tuvo noticia de que en El Pozo se había encontrado otro artefacto sin explotar y el testigo dio instrucciones para que no procedieran de la misma manera que en Atocha; pidió que, en principio, cortaran la bolsa de plástico para ver qué había dentro y se pudo comprobar que había un teléfono móvil. También intentaron desactivar la bomba, pero no pudieron; así que de nuevo se decidió explosionarla.

Aquella noche, le llamaron para que acudiera a la comisaría de Vallecas porque allí habían descubierto una bolsa con una bomba entre los efectos recogidos en el tren de El Pozo. Cuando llegó, a las 2.30, los Tedax ya se habían desplazado a un parque cercano, el Parque Azorín, con la bolsa. Sabiendo que podía tener un teléfono móvil, lo primero que hizo fue colocar un inhibidor de frecuencia que impidiera posibles interferencias. A nadie se le había ocurrido.

A la bolsa se le había hecho una radiografía, pero el operador que se la realizó afirmó que no se veía nada en ella. Sin embargo, el testigo, jefe de Tedax de Madrid, miró la radiografía en su despacho luego y sí que se veía algo: a él le quedó muy claro que el teléfono no estaba conectadocon el detonador.

La radiografía en cuestión le costó un disgusto. El juez Del Olmo le preguntó un día por qué no explotó aquella mochila y él se sorprendió de la pregunta, puesto que en la radiografía quedaba claro. Resultó que aquella radiografía no había sido incorporada a la documentación que la policía le pasó al magistrado instructor. El testigo ha reconocido que se enfado mucho por ello.

La intervención en Leganés

El testigo también estuvo en Leganés el 3 de abril cuando se suicidaron los siete terroristas. Según su declaración, en la piscina del bloque en el que se produjo la gran explosión se encontraron dos cadáveres con cinturones de explosivos hechos de manera rudimentaria con bolsas de plástico. Llevaban el detonador incorporado, aunque les faltaba el iniciador, razón por la que se deduce que una persona hizo explotar su carga y eso fue lo que mató a todos.

El subinspector de Policía con número 66.478, que ha declarado después, ha señalado que, la explosión desprendió un olor a almendra amarga, que suele asociarse con el Titadyn.

Más declaraciones, en esta ocasión ha sido el guia canino que inspeccionó la furgoneta Kangoo.

El testigo protegido número 74021, el guía canino que acudió a Alcalá de Henares a examinar la furgoneta Renault Kangoo encontrada en la mañana del 11-M junto a la estación de Carcanías, ha confirmado ante el tribunal que su perro no detectó explosivos en el vehículo.

Según la inspección externa, ha explicado. Es decir, que no olió el trozo de cartucho de Goma 2 ECO que se encontró después en el interior de la Kangoo, bajo el asiento del copiloto.

Según ha relatado el testigo, si el perro huele algo, "se sienta", pero no lo hizo. Sin embargo, cabe la posibilidad de que, habiendo explosivo, el perro no lo detecte. "Depende de las partículas que salgan, no de la cuantía", ha matizado.

Puede haber mucha cantidad de explosivo, estar empaquetada de manera muy hermética y que el perro no lo huela; y puede haber una cantidad muy pequeña y no haber nada que interfiera en su detección por parte del perro. En cualquier caso, "si salen (las partículas), el perro lo detecta y se sienta", ha insistido.

El perro no se sentó en aquella inspección que duró unos 15 minutos y que se realizó a mediodía del día 11 de marzo.

El guía canino miró por los cristales de la parte delantera de la furgoneta y no apreció "nada relevante, ningún objeto grande" en la parte trasera. Sólo recuerda haber visto un chaleco reflectante tras el asiento del copiloto.

Su inspección 'negativa' dio luz verde a la inspección en el interior, que realizó otro perro, cuyo guía canino ha sido citado por el tribunal del 11-M para el próximo lunes. A esperar.

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