Durante el llamado descanso estival me he embaulado unos cuantos libros, novelas. Han caido y por este orden la segunda parte de la saga millenium de Stieg Larson, osea, "La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina" y el tercero y último de la saga, "La reina en el palacio de las corrientes de aire". No han sido los únicos. El último libro que he disfrutado este verano ha sido "Dinero fácil" de Jens Lapidus, tambien procedente de Suecia y primer libro de este autor, abogado penalista y realmente interesante, primero de una trilogia no escrita todavía pero que apunta muy alto si mantiene el nivel del primero. Entre sueco y sueco ha habido tiempo para degustar con gran placer "Brooklin follies" de Paul Auster, aclamado escritor estadounidense. Divertido, original e ingenioso. Personajes cargados de ternura y cinismo a partes iguales. Pero vayamos por orden. Cada cosa a su tiempo.
La segunda parte de la saga millenium a mi modo de ver queda inconclusa si no se lee la tercera parte. Me explicaré; un pequeño problema, de haberse publicado de una sola vez estariamos ante un volumen de unas 1200 páginas. Un exceso. Por atrayente que sea supone un esfuerzo ímprobo. De ahí, que la editorial haya optado, a mi modo de ver, sabiamente, en publicar dos libros. La estrategia arriesgada, pero acertada. Se adentra en dos temas de enganche, los servicios secretos, que sean suecos es lo de menos, en definitiva, servicios secretos, la "Sapo" y su vínculo con Lisbeth Salander y el tema del tráfico de mujeres para ejercer la prostitución. Con estos ingredientes, "nada que no se haya tratado antes" se ha aupado a la cabeza de libros más vendidos en un montón de paises.
Me pregunto si el hecho del prematuro fallecimiento del autor ha tenido algo que ver en el mega- éxito. Solo cabe especular sobre esta cuestión pues nunca sabremos que hay de cierto en esto. En todo caso, un éxito sin precedentes. Lectura fácil, sin grandes pretensiones, engancha, de eso no hay duda y mantiene el interés hasta el final. Exige dedicación pues hablamos de unas 2000 páginas y no es poca cosa. Para críticas adjunto las que siguen, Lorenzo Silva, y la de Mario Vargas LLosa. (esto si que es escribir) .
