lunes, 9 de abril de 2007

JUICIO 11 - M SUMARIO 20/04 VIGESIMO SEGUNDA SESIÓN. (matinal)

Tras el parón de la Semana Santa, el juicio por el 11-M se ha retomado con la declaración del agente de la UCO Víctor. Era el controlador de Rafa Zouhier, que no ha dejado de tomar apuntes desde fuera de la cabina de seguridad. El testigo, ascendido ahora a teniente, se ha escudado en un reiterado "no lo recuerdo". El diario el Pais lo presenta así, al fondo de otra declaración, en concreto de otro testigo, el hermano del chino que ha declarado esta mañana en la sala y del que luego hablaremos pues a esta hora sigue declarando.
Explicó el agente de la UCO Víctor que conoció a Rafa Zouhier el 21 de noviembre de 2001 en la prisión de Villabona. Otro colaborador le ofreció la posibilidad de ponerles en contacto. Zouhier empieza a facilitar información sólo cuando abandona la cárcel. Los contactos, personales y telefónicos, con su controlador se suceden a partir de septiembre de 2002. Siempre eran en Madrid y generalmente en cafeterías cerca del lugar de trabajo de Víctor.
El agente de la UCO reconoció que no siempre elaboró notas informativas sobre la información que facilitaba Zouhier. Aunque dijo no recordar, explicó que en enero de 2003 Zouhier ya le contó que conocía a un asturiano llamado Antonio, y de alias Toro, que podía conseguir explosivos. En febrero de 2003, según su testimonio, Zouhier le entregó a su unidad una muestra de ese explosivo que le acababa de entregar Toro. Víctor no estuvo presente porque, según dijo, estaba en comisión de servicio en Barcelona. La muestra fue inspeccionada de forma ocular por un agente experto en desactivación que dijo que "era de muy mala calidad, muy antigua, y era muy poca cantidad. La destruimos al ver que no valía para mucho y no se mandó analizar".
Según la declaración de Víctor, Zouhier dijo que "le habían dicho que era Goma 2". Poco después de que Zouhier entregara esta prueba le dijo que Toro y su cuñado "podían conseguir 150 kilos de explosivos". Este dato no lo mencionó el agente en su declaración ante el juez instructor Juan del Olmo. Preguntado por qué, explicó este lunes que fue "por olvido". "Tal vez no se pregunto en concreto por ese detalle y se me pasó". Tampoco dijo nada de los 150 kilos de explosivos en su comparecencia ante la comisión de investigación parlamentaria. Al término de las intervenciones de los abogados, el presidente del tribunal insistió sobre este hecho: llamó la atención sobre el "olvido temporal" de un dato tan importante. El teniente se limitó a responder que "por extraño que pueda parecer, se me pasó".
Víctor explicó que no fueron las únicas referencias al tráfico de explosivos que escucharon. Dijo no recordar más datos de un confidente, que "puede ser Ignacio o Nayo", que corroboró lo que les había contado Zouhier. La fiscal le preguntó si "mencionó algo acerca de ETA": "Sí, que había unos jóvenes en la prisión de Villabona que se habían puesto en contacto con Antonio (Toro) y que habían intentado llegar a una negociación para la compra de explosivos".
A lo largo de 2003 tuvo otras reuniones con Zouhier pero, según su testimonio, no volvió a hablar de explosivos. Víctor no supo explicar por qué el 16 de febrero de 2004, cometidos ya lo atentados, le pregunta a su confidente si sabía algo del 11-M. Según lo declarado hasta este momento, había transcurrido un año sin referencia alguna a explosivos. Ese 16 de marzo el confidente le cuenta que le extraña no ver entre las fotos que se difundieron de los sospechosos de la masacre la de Jamal "El Chino". "Decía que era una persona muy extremista y radical, no dio ningún dato pero decía que en alguna ocasión se había interesado por teléfonos móviles con explosivos, viajaba mucho al País Vasco, que podía tener armas...". Ya entonces Zouhier ubicó el domicilio de "El Chino".
A preguntas de la acusación particular y la defensa, el teniente de la UCO insistió en todo momento en que no investigaban "nada relacionado con terrorismo" y que la información que obtenían sobre este asunto la transmitían a otra unidad, de la que dijo que desconocía si continuaban investigando. También se refirió a la ampliación de la nota informativa del 6 de marzo de 2003 remitida a la Policía de Asturias, asunto que ocupó buena parte de su declaración. Reconoció haber llamado a su superior, el comandante Francisco Javier Jambrina en julio de 2004 aunque no precisó el momento. Tuvo que ser el juez el que le recordara que fue un día antes de su comparecencia ante la comisión y después de la del coronel Félix Hernando.
El teniente negó que llamara para ordenar la destrucción de esa nota, que hablaba de los 150 kilos de explosivos que podían manejar Toro y Trashorras; fue para evitar que "trascendiese a la prensa" porque "sería dar más alimento a determinados medios" cuando, según su punto de vista, "no tenía ninguna trascendencia". Insistió en que el motivo no fue que se hablara de un delito de tráfico de armas y la UCO quedara en evidencia por no investigar porque "no tienen competencia en delitos de terrorismo". El magistrado después insistió sobre este asunto y el teniente reiteró que llamó para pedir que "no se filtrase".
No fue el único aspecto por el que se interesó el juez Bermúdez. El magistrado preguntó si el teniente vio la muestra de explosivos que había entregado Zouhier y el testigo reconoció que sí y que "estaba como la entrego Rafa", en "un pequeño bote de cristal con una tapa metálica con agujeros". El explosivo, según el agente, era de un "dedo de grosor" y de "color amarillento". El juez también se interesó sobre la pregunta a Zouhier el día doce de marzo sobre los explosivos después de meses sin que el confidente hablar a de este tema.
El motivo de la reunión, según el teniente, era "preguntarle sobre asuntos que estábamos investigando". "El atentado fue un día anterior, ya se empezaba a comentar que fueron magrebíes", se justificó el agente y le preguntaron si no sabría algo del asunto. Bermúdez le preguntó entonces los motivos del encuentro y respondió que eran asuntos sobre "falsificación tarjetas" y la "localización de un individuo". Extraido de LIBERTAD DIGITAL. Después ha declarado Mustafá Ahmidan, hermano de uno de los principales autores del 11-M, Jamal Ahmidan 'El Chino', ha declarado por primera vez que éste le reconoció su implicación en los atentados unos días antes de suicidarse en Leganés.

La fiscal, Olga Sánchez, le ha preguntado por qué no había declarado esto ante el juez y el testigo ha respondido que "tenía miedo".

Entre el 11 de marzo de 2004 y el 3 de abril (día del suicidio colectivo en Leganés), asegura que lo vio en dos ocasiones en el bar en el que Mustafá trabajaba.

En la segunda, Mustafá preguntó a Jamal por qué no contestaba a las llamadas telefónicas y le dijo que la familia estaba preocupada porque la policía, tanto en Marruecos como aquí, preguntaba por él. "Le pregunté si tenía alguna relación con estos hechos y me dijo: 'Sí, estoy en ellos'", ha declarado ante el tribunal del 11-M.

También le dijo que "son gente más bien de tu barrio los que han hecho eso". Se refería, según ha precisado después, al barrio de Tánger de donde ellos eran y de donde procedían también los hermanos Oulad Akcha y Abdenabi Kounjaa, todos ellos muertos en el suicidio colectivo de Leganés.

Mustafá no lo creyó, según ha dicho. Su hermano se había vuelto muy religioso desde su estancia en una prisión marroquí, en 2003. Hablaba de ir a hacer la 'yihad' a Irak, pero "nunca pensamos que llegaría a este punto", ha afirmado el testigo.

Aquel día, cuando su hermano le hizo aquella revelación, apareció Rachid Oulad Akcha en el bar y cuando se despidieron, le dijo a Mustafá: "Reza por nosotros para que no nos cojan vivos".

En una ocasión anterior, delante del hermano pequeño de ambos, Youssef, surgió el tema de los atentados a raíz de unas imágenes que vieron en televisión de los primeros detenidos, Jamal Zougam y Mohamed Bekali. "¿No ves a tus hermanos que están muriendo también en Irak?", le dijo Jamal Ahmidan a su hermano Mustafá.

De este mismo día, habló ante el tribunal un agente de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) de la Policía, que dijo haber interrogado al hermano pequeño de Jamal Ahmidan, Youssef. Según el policía, Youssef le dijo que estaba "seguro" de que su hermano estaba involucrado en los atentados y que el hermano mayor de ambos, Mustafá, lo había reprendido. Mustafá no ha declarado nada parecido este lunes ni tampoco ha sido preguntado por ello.

Por otro lado, ha declarado ante el tribunal el hermano de Abdennabi Kounjaa, otro de los siete suicidas de Leganés y supuesto autor material de los atentados. Abdelkader Kounjaa ha contado que su hermano lo llamó en la tarde del día 3 de abril, antes de suicidarse y le dijo que estaba en Zarzaquemada, "rodeado de policía" y que "iba a ver a Dios". "Ver a Dios es morirse, claro", ha aclarado el testigo.

Inmediatamente después de esta conversación, Abdelkader avisó a la policía, que le había llamado por la mañana preguntándole si Abdenabi lo había llamado.

La última vez que vio a su hermano fue "hacia las navidades" de 2003, cuando ambos trabajaban juntos en Algeciras. Unos dos años antes, el testigo ha señalado que Abdennabi Kounjaa había trabajado en Vitoria y en Navarra. Abdelkader Kounjaa no se explica cómo su hermano pudo estar implicado en los atentados, ya que, según ha dicho "todo el mundo le quiere" y "no es capaz de levantar una gallina a la altura del muslo" (algo así como 'matar ni una mosca'). "Hay una gente por detrás; no me lo explico". Por lo demás, el asunto del testamento en poder de Saed el Harrak lo trata LD.

También ha declarado este lunes Emilio Criado, el conserje de una vivienda situada en la Avenida de Bruselas que denunció a la Policía en varias ocasiones que un vehículo Skoda Fabia

se encontraba mal aparcado. Este coche, según sostiene el sumario y el escrito de acusación de la Fiscalía, fue utilizado para transportar explosivos desde Morata de Tajuña a la estación de tren de Alcalá de Henares. El coche, según su relato, fue sancionado en dos o tres ocasiones pero los agentes le dijeron que "no podían hacer más" ya que el vehículo, color "gris plata", "no figuraba como robado".

Añadió que días antes de que lo retiraran finalmente una persona perteneciente a la empresa de alquiler Hertz estuvo realizando preguntas sobre el coche y que incluso llegó a decirle que era de su propiedad y que "figuraba como robado".

Continua la sesión de la tarde.

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