En el turno de calificaciones finales otorgado a las defensas, los abogados han hecho explícita su petición de nulidad, bien de diferentes pruebas, bien de la totalidad del juicio.
Quienes apelaban a una causa de nulidad se han adherido también a las causas manifestadas por sus compañeros. Los abogados de los otros nueve procesados han elevado a definitivas sus calificaciones provisionales. Todos han pedido la absolución de sus clientes.
Los motivos de petición de nulidad hasta ahora conocidos son, por ejemplo, considerar que el juicio se ha convertido en una segunda instrucción, como mantiene el abogado Andreas Chalaris, defensor de Rachid Aglif.
También, el secreto de parte del sumario durante tanto tiempo (hasta el auto de procesamiento, el pasado mes de junio), como ha especificado el abogado Endika Zulueta, defensor de Rabei Osman el Sayed 'Mohamed el Egipcio' y Raúl González.
Otros consideran causa de nulidad la retransmisión pública del juicio, por televisión, debido a que un testigo puede acudir al juicio sabiendo lo que han declarado otros.
En el caso de Emilio Suárez Trashorras, su abogado, Gerardo Turiel, ha solicitado una alternativa en caso de que el tribunal no conceda la absolución y se ha referido a una condena de dos años por transporte de explosivos, lo que supone reconocer ese delito para su cliente.
En el caso de Rafa Zouhier, su defensor de oficio, Antonio Alberca, ha solicitado la nulidad, la absolución y, si con todo, el tribunal decide que es culpable de los delitos de los que se le acusan, le pide que tenga en cuenta el atenuante por arrepentimiento y por haber confesado su relación con los atentados.
Por otro lado, la abogada del procesado Sergio Álvarez 'Amokachi' ha anunciado que presentará un recurso ante el Tribunal Constitucional.
La defensa de Rachid Aglif, además de pedir la nulidad del proceso, ha pedido al tribunal que deduzca testimonio de algunos peritos y testigos por posible perjurio, lo que significaría abrirles una investigación judicial.
Endika Zulueta ha pedido, por parte de su patrocinado 'Mohamed el Egipcio', la nulidad de la comisión rogatoria italiana.
Parte de los letrados han solicitado también al tribunal que, en caso de que sus clientes queden absueltos, se hagan cargo de las costas del juicio las acusaciones personadas.
Además de las defensas ha expuesto sus conclusiones el MF representada en primer lugar por el fiscal jefe, Javier Zaragoza. El informe final reafirma la autoría islamista de la matanza y critica el "proceso paralelo basado en sospechas sin fundamento y en una idea preconcebida", que ha provocado "situaciones grotescas".
Los fiscales Olga Sánchez, Javier Zaragoza y Carlos Bautista son los encargados de realizar un relato pormenorizado de los hechos, remontándose a los antecedentes que desembocaron, según su teoría, en la formación de la célula terrorista responsable de la matanza.
El primero en tomar la palabra ha sido Zaragoza, quien ha lamentado que algunas acusaciones hayan intentado "desesperadamente" encontrar una "trama policial a la que convertir en responsable último de los atentados" y a otros autores distintos a los que apuntaba la investigación. Esta situación, ha dicho Zaragoza, ha provocado situaciones "más propias de una esquizofrenia procesal", que han llevado a dichas acusaciones a confundir su propia función. El fiscal jefe defendió la investigación judicial como única vía que permitirá "obtener una verdad que reconforte y satisfaga a las víctimas". Frente a eso, dijo, hay un proceso paralelo que ha creado "situaciones propias de una esquizofrenia judicial" que han llegado incluso a desembocar en un "intercambio de roles entre las partes en este proceso".
Con esta sentencia de Cicerón ha iniciado su discurso: "No hay nada más hermoso que buscar la verdad, pero no hay nada más indigno que buscar la mentira y tratar que esa mentira se convierta en la verdad", ha destacado el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, quien ha basado su discurso en la existencia de "centenares de pruebas" sobre la autoría de la mataza de Madrid. En este sentido, ha señalado detrás del 11-M está una célula terrorista estrechamente vinculada con el yihadismo y con Al Qaeda, organización terrorista que "está detrás de la mayor parte de los atentados que se producen en el mundo". El fiscal jefe se refirió también a la libertad de expresión e indicó que a pesar de que debe defenderse en todo caso "no es legítimo que se organicen campañas" o "se publiquen críticas" poniendo en duda la imparcialidad de jueces y fiscales. Esto, agregó "genera un importante descrédito del sistema de Justicia penal".
Asimismo, ha insistido en criticar a aquellos que "partiendo de una verdad interesada, han elevado a categoría de prueba meras especulaciones y han rechazado las pruebas sin más argumentos". Así, se ha referido a algunas pruebas cuya veracidad ha sido cuestionada. Según él, se ha dicho que la mochila de Vallecas fue colocada allí por la Policía; que la Renault Kangoo estaba vacía y no llena de objetos, como dice el sumario; que el Skoda Fabia atribuido a los terroristas fue colocado allí a posteriori por las fuerzas de seguridad; y que los tráficos de teléfonos móviles fueron obtenidos sin respaldo judicial... Todo es falso y así se ha demostrado, según Zaragoza. Sin embargo, ninguna acusación ha afirmado estas cosas en el juicio; lo que han hecho ha sido interesarse por estas pruebas para comprobar que tienen todas las garantías y la credibilidad que le otorga la fiscalía.
Además, ha denunciado "la sombra de sospecha esparcida sobre la Policía, la Guardia Civil y los servicios de inteligencia" porque algunos de los presuntos implicados en los atentados fueran confidentes.
Ha sido entonces cuando Zaragoza, en un alegato ajeno a los hechos que se juzgan y al juicio en sí, ha lanzado su rotundo ataque a la prensa y al "juicio paralelo" que, según él, han realizado algunos medios de comunicación "alejándose de los criterios de objetividad" que supone el derecho y el deber de informar, haciendo "campaña a favor de algunos acusados y campañas de desprestigio contra jueces, fiscales y policías".
El fiscal jefe de la Audiencia ha defendido los límites de la investigación judicial en contra de una prórroga de la misma, como piden algunas víctimas. Según él, si se hubiera optado por seguir investigando en vez de ir a juicio, muchos procesados habrían quedado libres, la Justicia española habría quedado en evidencia por su incapacidad para dar con los culpables, "la verdad -ha dicho- habría quedado en una ceremonia de la confusión" y las víctimas habrían quedado sin justicia. También ha insistido en defender la actuación policial de cualquier intento de desprestigio. Sobre el asunto Díaz de Mera, ha señalado que su acusación de que la cúpula policial ocultó un informe que vinculaba a ETA con los islamistas es "un dislate" que ha sido desmentido por el resto de mandos policiales, incluida la supuesta fuente de esta información, y que ha causado "un daño irreparable" a la Policía.
Para fortalecer este argumento, Zaragoza ha hecho una relación de los diferentes atentados perpetrados por Al Qaeda antes del 11-M, como el 11-S en Estados Unidos o los atentados de Casablanca (Marruecos), Bali (Indonesia) o el de la isla de Yerba (Túnez); ha detallado los numerosos indicios que señalaban a España como objetivo de Al Qaeda y ha relacionado la matanza con el apoyo del anterior Gobierno del PP a la guerra de Irak en 2003.
Sobre los datos utilizados en los días posteriores al atentado para para apuntar la autoría de ETA, el fiscal jefe ha ido desmontando uno a uno todos los argumentos, principalmente el del explosivo, que tal y como ha quedado acreditado en el juicio, el mismo día 11 de marzo se descartó que fuera Titadyne, el habitual de los etarras. También ha nombrado la mochila hallada en la comisaría de Puente de Vallecas, que fue la pista definitiva para dar con los responsables de los atentados, gracias a la tarjeta del teléfono móvil adosado al artefacto, por la que se localizó a uno de los presuntos autores, el acusado Jamal Zougam.
Zaragoza ha manifestado el malestar de la Fiscalía porque se haya "puesto en duda la imparcialidad en la investigación", trasladando dudas a la opinión pública, tales como el hallazgo de la citada mochila o a los explosivos y detonadores encontrados en la furgoneta Renault Kangoo en la que supuestamente se trasladaron los autores del 11-M a la estación de Alcalá de Henares. En este sentido, ha hablado de la comisión de investigación del Congreso como una "caja de resonancia para quienes han cuestionado la investigación judicial" y ha añadido que "es absolutamente ridículo pensar que alguien ha adulterado las pruebas, los ADN o las huellas".
Sobre la presencia de varios confidentes policiales entre los procesados, Javier Zaragoza ha sostenido que "hurtaron información" a las fuerzas de seguridad y que si hubieran aportado informaciones suficientes, tal vez, podría haberse evitado la tragedia.
Javier Zaragoza ha detallado las pruebas contra algunos procesados; el primero, Jamal Zougam. Lo primero ha dejado claro que los reconocimientos fotográficos del procesado son totalmente válidos, aunque el testigo lo haya identificado después de ver su fotografía en la prensa. Ha destacado la seguridad de uno de los testigos que lo identificó, el que dijo haberlo visto sentado frente a él, en el tren que estalló en El Pozo, con una férula en la nariz y con una bolsa de grandes dimensiones que colocó bajo el asiento.
La fiscalía no tiene ninguna duda de que Zougam se subió en ese tren cuando salió de Alcalá de Henares a las 7.10 de la mañana, se bajó en la estación de San Fernando, como dijo ese hombre, y se subió de nuevo en el que había partido a las 7.15. En éste, que estalló en la estación de Santa Eugenia, lo identificaron dos mujeres.
¿Cómo se explican las diferencias de su fisionomía y su indumentaria? La fiscalía sostiene que, en ese intervalo de cinco minutos, Zougam se quitó la férula de la nariz y se cambió de ropa. Lo deduce porque se encontraron unas ropas con el perfil genético de Rifat Anouar (suicida de Leganés) tiradas cerca de la estación de Vicálvaro. Para la Fiscalía, este hallazgo determina un patrón de comportamiento; es decir, que todos los que colocaron las bombas pudieron hacerlo de aquella manera: se bajaron de un tren y se subieron en otro. Zougam no ha podido evitar sonreír varias veces ante este encadenamiento de ideas.
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