jueves, 28 de junio de 2007

JUICIO 11 - M SUMARIO 20/04 QUINCUAGÉSIMO CUARTA JORNADA

La abogada defensora de Otman el Gnaoui, acusado de ser cooperador necesario en el atentado del 11-M, ha asegurado que no hay ninguna prueba de que su cliente participara en los atentados o de que estuviera integrado en organización terrorista."Estuvo en el lugar inadecuado con las personas inadecuadas", ha afirmado la letrada, Beatriz Bernal.

Es más, para la abogada, la detención de su cliente y su implicación en esta causa ha sido interesada y "convenientemente utilizada para desviar la atención de los verdaderos autores". "Se han servido de los acusados para despistar", ha agregado. .

"El lugar inadecuado" se refiere a la finca de Morata de Tajuña, donde trabajó Otman entre el 6 de febrero al 2 o 3 de marzo de 2004 y donde, según la Fiscalía, los terroristas almacenaron los explosivos y montaron las bombas que estallaron en los trenes.

"Las personas inadecuadas" son Jamal Ahmidan 'El Chino' y otros amigos suyos que convivían en la finca de Morata y que acabaron suicidándose en el piso de Leganés el 3 de abril de 2004. La fiscalía los considera autores materiales de los atentados. Según sostiene El Gnaoui y confirmó su compañera sentimental, estaba en paro cuando el hermano de Jamal Ahmidan 'El Chino' le dijo que éste necesitaba gente para rehabilitar la casa de Morata.

La fiscal le atribuye a Otman una relación "muy intensa" con 'El Chino'. Y la letrada responde que se conocieron en febrero y que un mes no es tiempo suficiente para convertirse en fundamentalista cuando apenas se es religioso ni para integrarse en una organización terrorista. El 2 o 3 de marzo, 'El Chino' le dijo que no volviera a la finca de Morata y se distanció de allí en las fechas previas al atentado. Eso significa, según la abogada, que no era de su confianza. "Si lo llamamos integrante, tendría que estar integrado", ha recalcado Bernal.

Además, Otman sostiene que él y Hamid Ahmidan eran marginados por el resto del grupo porque no rezaban, y ni comían con el grupo ni participaban de otras actividades conjuntas, como jugar al fútbol. Otman iba allí a trabajar y dormía en su casa, no como el resto. Eso no es estar integrado ni ser de confianza, ha reiterado la abogada. Si "se le excluyó", lo lógico es pensar que desconocía el plan terrorista. Y si Otman tenía 29 llamadas de 'El Chino' es porque le estaba arreglando la casa.

El problema es que, pese a esa supuesta falta de confianza alegada por la defensa, 'El Chino' llamó por teléfono a Otman el 29 de febrero de 2004 y le pidió un favor: que fuera a buscarle a Burgos con los chicos (dos de los que se suicidaron posteriormente), con dos coches y "el clavo largo". Según la investigación, 'El Chino' volvía de Asturias cargado de explosivos de Mina Conchita. Otman sostiene, primero, que le pidió que fuera a la salida de Madrid por la carretera de Burgos y que nunca llegó a esa provincia; segundo, que no sabía qué era el "clavo largo". Según un testigo, era un arma, y la fiscal lo interpreta como el fusil Sterling de 'El Chino'.

De aquella conversación ha quedado constancia documentada porque Otman tenía el teléfono intervenido por la Policía. En este punto, Beatriz Bernal ha reivindicado la nulidad de esas conversaciones intervenidas porque la orden judicial de la intervención es arbitraria, sin ninguna investigación previa detrás ni ningún indicio de criminalidad. Según la abogada, sin ninguna justificación, eso viola el derecho a la intimidad amparado por la Constitución. Por otro lado, ha destacado que su cliente sabía entonces que tenía el teléfono 'pinchado', pero no lo cambió porque sabía que no estaba haciendo nada malo.

En cualquier caso, Bernal ha asegurado que Otman no sabía que Jamal Ahmidan traía explosivos, pero, además, la abogada ha puesto en duda que en ese viaje hubiera dinamita de por medio porque, según ella, no se ha podido demostrar. Para la letrada no es suficiente con el testimonio de Gabriel Montoya 'El Gitanillo' relatando el robo de la dinamita en la madrugada del 29 de febrero.

En descargo de su cliente, la abogada ha destacado que él mismo acudió a la comisaría a decir que él había estado en la finca de Morata de Tajuña y a contar todo lo que había visto allí.

Por otro lado, se ha referido al hallazgo de un pasaporte a su nombre con la foto de 'El Chino' en el piso de Leganés. La fiscalía le acusa de haberle facilitado su documentación a Jamal Ahmidan. Pero él asegura que creyó haberla perdido, aunque después de comprobar que 'El Chino' era terrorista, pensó que se lo había robado. Dos testigos, su ex compañera sentimental y Abdelilah el Fadual, procesado, testificaron haber visto a Otman preocupado por la pérdida de su documentación a finales de febrero de 2004. Lo denunció a la Policía el 10 de marzo de 2004 y la Fiscalía considera sospechoso que no lo hubiera hecho antes.

Finalmente, Beatriz Bernal ha señalado que Otman el Gnaoui ni es integrista ni odia a España, "país elegido para vivir libremente", ni es violento. "Permitir una injusticia abre la puerta a otras injusticias", ha aseverado antes de pedir la libre absolución de su cliente.

José Luis Laso, abogado de Abdelilah el Fadual el Akil, ha acuñado la frase: "Ser amigo de un terrorista no le convierte a uno en terrorista".

Su cliente era una de las personas de confianza de Jamal Ahmidan 'El Chino', según la fiscalía, y formaba parte de su organización delictiva, que traficaba con drogas y con coches y que acabó absorbida por los planes terroristas de Serhane 'El Tunecino'.

Durante la estancia en prisión de 'El Chino', hasta agosto de 2003, Abdelilah aprovechó los contactos de la red delincuencial de Jamal Ahmidan para fundar él su propia red; cuando salió de prisión, ambos retomaron el contacto. La fiscalía afirma que ayudó a 'El Chino' a conducir desde Ceuta el coche que después utilizó para llevar los explosivos de Asturias a Madrid.

Y le acusa de falsificar documentación para él. De esto último, alega el abogado, sólo hay un testigo que declaró que pudo haberlo hecho alguna vez y antes de la entrada de Ahmidan en prisión. Sobre los múltiples contactos telefónicos entre ambos, Laso ha alegado que era normal porque eran amigos.

La letrada de Mohamed Bouharrat -al que "nadie conoce", según ha destacado- ha comprado en el locutorio del presunto autor material, Jamal Zougam y en la carnicería del presunto terrorista Rachid Aglif; ha frecuentado el restaurante Alhambra, donde, según la Fiscalía, se reunían los 'yihadistas'; y el también presunto terrorista Mouhannad Almallah Dabas le ha reparado el aparato de aire acondicionado a sus padres.

"Casi había más indicios en contra de esta letrada que de su cliente porque conozco a más coimputados y he estado en los lugares que se han mencionado en este procedimiento", ha argumentado, añadiendo después: "Yo podría salvarme, pero mi marido, que es musulmán y también se cortaba el pelo en la peluquería Paparazzi, la verdad es que no tendría salvación". (Esa peluquería era otro supuesto centro de reunión de integristas.)

Todo esto, según ha dicho, la letrada, la hace digna de ser investigada. Su cliente tiene menos relación con los hechos, ha insinuado pues "nadie lo conoce ni le han visto con terceros", "muy poco se le ha mencionado" a lo largo de todo el juicio y en los esquemas de la fiscalía y las acusaciones particulares "no encaja en ningún grupo", está "en tierra de nadie".

La sesión vespertina del juicio del 11-M la ha inaugurado el abogado de Saed El Harrak, a quien la Fiscalía acusa de colaboración con banda armada. Bernardo Monfort ha puesto de manifiesto las dudas y contradicciones que existen sobre el testamento atribuido a uno de los muertos de Leganés, Abdennabi Kounjaa, y presuntamente encontrado en una bolsa de El Harrak.
El Harrak era compañero de trabajo de Abdennabi Kounjaa, uno de los siete muertos de Leganés, en una empresa de construcción. El propietario de la misma entregó a la Policía tras su detención una bolsa de deporte, perteneciente al acusado, en la que se encontró un documento en árabe que ha sido atribuido al supuesto suicida. Se encuentra en libertad tras haber cumplido dos años de prisión preventiva.
El letrado ha destacado que ni el que fue jefe de su representado, Félix Román, ni los policías que acudieron al polígono industrial de La Laguna ni tampoco la Policía Científica encontraron el supuesto texto. Es más, ha resaltado –como ya adelantó Libertad Digital– que dicho testamento estaba firmado con caracteres latinos.
"La bolsa fue abierta por el responsable de la obra, don Félix Román, que no vio nada. Los agentes que la abrieron, la manipularon y hurgaron en ella tampoco vieron nada. Luego se remitió a la policía de Leganés donde no se vio nada, hasta llegar a la Unidad Central donde se dijo que se había encontrado un testamento de cuatro folios", ha recordado el letrado. También ha resaltado la contracción que, a pesar de que consta en un informe que el testamento tenía 4 folios, los agentes, "que han sido interrogados en juicio, han dicho que tenía 3 folios en dos ocasiones.
Y ha añadido que "la carta está escrita en tres tintas y aparece firmada en caracteres latinos. La firma es dubitada. No tiene sentido que un árabe que escribe su testamento firme en grafía latina".
Pero no sólo eso. Monfort ha resaltado que a los agentes que se presentaron en el polígono industrial, donde supuestamente apareció la bolsa, se "les escapó" en su declaración ante el tribunal que fue la propia Policía la que se puso en contacto con el empresario Félix Román, y no al revés. "Mejor ni pensar lo que ha podido ocurrir aquí".
Además, ha destacado que, aunque a su representado se le imputa un delito de pertenencia a banda armada, los únicos indicios que hay contra él son unos contactos telefónicos que sólo duran un mes, y ha añadido que "no aparece en ninguno de los escenarios" relacionados con la masacre. Ha relatado que es un hombre religioso y que nunca lo ha ocultado. Asimismo, ha señalado que "no ha salido nunca del territorio español y ha estado con móvil de contrato" hasta el momento de su detención.
Ha denunciado, como el resto de los letrados, la "enorme inseguridad jurídica que crea indefensión" a los acusados y que "hace tambalear a la Constitución porque se está corrompiendo el artículo 24". Según Monfort, a El Harrak se le detuvo ilegalmente: "Llámese al sospechoso a declarar y luego deténgasele", pero no al revés.
Aludiendo a la Fiscalía ha pedido que se depuren responsabilidades "porque una cosa –ha dicho– es que el Ministerio Público prepare a los testigos, y otra a los peritos". Por ello, "si la sentencia es condenatoria estaríamos hablando de una estafa procesal", ha concluido el abogado. La abogada de Carmen Toro, acusada de suministro de explosivos en el juicio del 11-M, ha defendido a su cliente presentándola como una persona "cándida", "insegura" e "inconsciente de la vida que llevaba su marido".

De esta manera, la desvinculaba de la venta de explosivos que, según la fiscalía, llevó a cabo su ex marido, Emilio Suárez Trashorras, al terrorista Jamal Ahmidan 'El Chino'.

En aquella época, alega la letrada, Mónica Peña, Carmen "ni se imagina la vida que lleva Emilio". En este sentido, ha recordado que su cliente ha conocido en la vista oral del juicio que su ex marido frecuentaba prostíbulos e iba a determinados lugares de ocio. Ausente de voluntad, acompañaba a su esposo donde él la llevaba.

Las acusaciones contra Carmen Toro oscilan entre la complicidad o cooperación con su marido en el suministro de explosivos al liderazgo de la trama. Por los primeros delitos, la Fiscalía pide para ella seis años de prisión; por los otros, como cooperadora necesaria de la masacre, otras acusaciones piden casi 39.000 años.

El principal nexo de Carmen Toro con los atentados del 11-M es que estuvo presente en la reunión que su ex esposo tuvo con Jamal Ahmidan 'El Chino' en el McDonald de Carabanchel en octubre de 2004 y en el encuentro que ambos mantuvieron en la finca de Morata de Tajuña unos días antes de los atentados. Además, le vinculan las llamadas que la Fiscalía atribuye a su teléfono móvil con el propio Jamal Ahmidan.

Sobre esto último, la abogada defensora ha alegado que, según ha reiterado la acusada, ese teléfono, aunque estaba a su nombre, era el teléfono familiar: lo usaban tanto Carmen como Emilio y ella lo dejaba en casa cuando iba a trabajar porque en su empleo no podía usarlo. Por otro lado, si 'El Chino' era un islamista radical que menospreciaba a las mujeres, y así se ha puesto de manifiesto en la causa, no iba a mantener negocios con una mujer.

La única ocasión en la que Carmen habló con 'El Chino' -ha asegurado la letrada- fue en la finca de Morata de Tajuña, a la que acudió, una vez más, llevada por su marido. Entonces, Jamal Ahmidan le puso de manifiesto la legitimidad de los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York, a lo que ella respondió contrariada y enfrentándose al argumento de su interlocutor. Pese a aquel comentario, dice la letrada que "es imposible" que ella "pensase que era un terrorista", como sostiene la fiscalía y algunas acusaciones.

Respecto a la reunión del McDonald de octubre de 2003, Carmen se sentó en una mesa aparte mientras Emilio Suárez Trashorras departía con 'El Chino' y Rafa Zouhier. Emilio admitió que Jamal Ahmidan le preguntó si sabía cómo conseguir explosivos, aunque asegura que sólo se negoció hachís.

Que ella quedó al margen lo confirmaron Emilio, Rafa, Rachid Aglif, que dice que sentó en otra mesa, y el testigo Pablo Álvarez Moya, que acudió en aquel viaje a Madrid con la pareja y se sentó con Carmen en la misma mesa. Esto demuestra, según la abogada, "la docilidad con la que Carmen deja de intervenir en aspectos de la vida de su marido. Se limita a adaptarse a los planes de Emilio".

Mónica Peña ha recordado la famosa frase que su cliente dijo en la comisaría de Avilés: "Cariño, di lo que tengas que decir, pero a mí déjame al margen". "Cada uno la utiliza a su conveniencia", ha señalado. Eso, según la letrada, no denota ninguna responsabilidad en el presunto negocio de los explosivos, sino que significa: "Yo no tengo nada que ver con tus negocios". Su "candidez" es tal que lo dijo delante de los policías que había en la comisaría.

Además, la abogada ha alegado que ninguno de los otros procesados por el tráfico de explosivos conocía a Carmen, ni siquiera Gabriel Montoya 'El Gitanillo', condenado por haber reconocido que participó en el robo y traslado de dinamita dirigido, según él, por Trashorras.

A eso de las 18 horas ha presentado informe la defensa de Emiliano Llano Alvarez . También expuso este miércoles su informe de conclusiones definitivas la abogada del vigilante de Mina Conchita Emilio Llano, Pilar Gómez, que pidió su libre absolución por falta de pruebas. La letrada recordó que Emilio Llano siguió con "el mismo sistema" que el anterior encargado. Sus superiores nunca le indicaron que cambiara esta manera de trabajar, destacó la letrada, que agregó que la Guardia Civil había percibido irregularidades en la gestión de la mina pero que lo toleró como sucedía en todas las explotaciones asturianas.
Emilio Llano, responsable del control de Mina Conchita, está acusado del delito de sumistro de explosivos, por el que la Fiscalía solicita en su caso 5 años de prisión.
El último en declarar en la sesión de este miércoles ha sido el abogado de Abdelmajid Bouchar, considerado autor material de los atentados. Según la Fiscalía, huyó de la casa de Leganés al detectar la presencia de la Policía. El Ministerio Público pide un total de 38.950 años de cárcel para este acusado al que considera responsable de los delitos de pertenencia a banda armada, 191 asesinatos terroristas, 1.841 en grado de tentativa y cuatro estragos terroristas. Su letrado, Juan Jesús Yeves, dijo esta tarde que su cliente "nunca estuvo" en la casa de la calle Carmen Martín Gaite de Leganés y añadió que, en todo caso, "se marchó mucho antes de que ocurrieran las inmolaciones". Indicó que "no es delito ser árabe" y destacó que no existe ninguna prueba concluyente de autoría de la masacre. El letrado negó cualquier implicación de Bouchar en los acontecimientos de Leganés y se preguntó cómo es posible que tomara parte si no se encontraba allí en el momento en que se produjeron, por lo cual no pudo tomar ninguna decisión sobre la explosión.
Destacó que ninguno de los testigos presenciales, que se encontraban en los trenes en el momento de los atentados, ha realizado un reconocimiento concluyente de su patrocinado. Así, destacó que la única persona que dijo verle admitió que le confundía con Jamal Zougam, con el que tiene un cierto parecido físico. Puso también de manifiesto que no se ha detectado ADN de Bouchar ni en la furgoneta Renault Kangoo, ni en las ropas abandonadas en Vicálvaro.
En cuanto a la identificación realizada por un funcionario policial que le siguió en su supuesta huída de Leganés, el abogado señaló que el agente no reconoció a su representado días después de los hechos en un reconocimiento fotográfico y añadió que tampoco le identificó en una rueda celebrada tiempo después. "Dos años más tarde y en declaraciones a esta sala dice que era él", señaló y agregó: "¿Cómo es posible que cuando le perseguía no lo reconozca ni en fotografía y dos años después lo haga sin ninguna duda?".
También destacó que a la bolsa de basura, que presuntamente depositó Bouchar a la salida del piso, se le "han atribuido varios colores azul, gris, negro". Añadió que "se ha dicho que quien bajó la bolsa no llevaba guantes, sin embargo no se han encontrado las huellas de Bouchar en la misma. La bolsa contenía un hueso de dátil, sin embargo no se practicó análisis de ADN alguno hasta 2005, después de ser detenido Bouchar en Servia".
Y ha manifestado que resulta sorprendente que en dicha bolsa de basura no se hallaran huellas o restos de ADN de alguno de los supuestos suicidas que se encontraban en ese momento en el piso. "¿No había más restos en la bolsa que ese racimo de dátiles?", ha cuestionado el letrado.
"¿Por qué en el desescombro de Leganés no se encuentra ropa de Bouchar, o huellas en las paredes?–se ha preguntado el abogado– Porque nunca estuvo allí". Y ha recordado que "después de 700 testigos, sólo 7 se refieren a Bouchar y de ellos dos son su padre y su hermano. Los 5 que quedan no son fiables según la Fiscalía".
El letrado sugirió que fue la necesidad de detener a alguna persona de origen árabe después de la explosión de Leganés, la que llevó a la detención de su cliente ya que era necesario implicar a alguien. "En este juicio hemos asistido a la celebración de la ceremonia de la acusación. No es delito ser árabe".
Se interrumpe la sesión hasta mañana, empezará entonces la quincuagésimo quinta sesión.

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