jueves, 21 de febrero de 2008

Erna Wallisch, una criminal de guerra nazi

Erna Wallisch, la séptima en la lista de supuestos criminales de guerra nazis del Centro Simon Wiesenthal de Jerusalén, murió el sábado pasado en un hospital de Viena a los 86 años, informaron hoy fuentes de la fiscalía austríaca.

Wallisch era una de las prioridades en la "Operación Última Oportunidad", una iniciativa lanzada en 2002 para encontrar y juzgar a antiguos nazis, y la fiscalía había abierto una investigación preliminar tras obtener nuevos testimonios de víctimas de Polonia. La fallecida era alemana de nacimiento pero residió en Austria y obtuvo la nacionalidad de la república alpina tras el final de la II Guerra Mundial.

Wallisch estuvo destinada como guardia en el campo de concentración de Ravensbrück (Alemania) con 19 años, y en el de exterminio de Majdanek (Polonia), donde muchos documentos atestiguan que actuó de una forma especialmente cruel con la gente a la que forzaba a entrar en las cámaras de gas. A medida de los años 60 y principios de los 70 la Justicia austríaca la investigó pero no halló pruebas firmes para condenarla y concluyó que tuvo "un papel secundario" en Majdanek.

Después desapareció, hasta que el "cazanazis" Efraim Zuroff, promotor de la "Operación Última Oportunidad", recibió una carta anónima con una dirección en 2004 en la que alertaba de que "la diabla del campo de concentración" vivía en Viena. Zuroff, que relató a medios austríacos cómo dio con el paradero de la guardia de Majdanek, exigió a las autoridades que juzgasen a Wallisch, sin éxito. "Erna Wallisch y su familia pueden agradecer el largo fracaso de los distintos gobiernos austríacos para que al final no haya sido castigada por su papel en el campo de la muerte de Majdanek", aseguró hoy Zuroff en un comunicado.

El Instituto Polaco para la Memoria Nacional (IPN) facilitó en 2007 los testimonios de cuatro supervivientes: Danuta B., Ewa W., Janina W. y Jadwiga L., quienes aseguraron que fue cómplice necesaria para matar a miles de personas y se comportó con un sadismo atroz.

Los guardias obligaban con métodos expeditivos en los que se utilizaba la violencia extrema de forma arbitraria contra mujeres, ancianos y niños para que entrasen en las cámaras donde se les asesinaba con el gas letal Zyklon B.

Majdanek, creado en otoño de 1941 para internar a prisioneros de guerra, fue una parte esencial del Holocausto y se transformó en otoño de 1942 en un campo de exterminio, justo cuando llegó Wallisch. Una superviviente del campo, Ewa K., citada por diarios austríacos, afirmó que era la más sádica y cruel, que su sola presencia despertaba murmullos de temor. "No tenía ningún reparo en golpear hasta dejar a la gente tendida en el suelo" -dijo- "ella es y será una criminal".

Otra testigo, Jadwiga L, aseguró que era conocida por sus ataques de furia, y que estando embarazada de un SS del campo golpeó hasta la muerte a un hombre con un palo con tal saña que su cabeza quedó en medio de un charco de sangre.

El texto que sigue se corresponde con el post de 5 de diciembre de 2007 del blogger herutt. El centro Simon Wiesenthal ha lanzado la "Operación Última Oportunidad", una campaña destinada a encontrar criminales de guerra nazis en el cono sur americano. La campaña fue puesta en marcha durante una conferencia de prensa en la que estuvieron presentes el director del centro Wiesenthal en Israel, Efraim Zuroff; el representante para América Latina, Sergio Widder; y el presidente de la Comunidad Judía de Chile, Gabriel Zaliasnik. Se trata de la fase latinoamericana de una operación que ya se implementó en Europa y que ofrece 10.000 dólares a quienes aporten información util para encontrar a los criminales nazis ocultos en la región. Según datos del Centro, entre 150 y 300 sospechosos de haber perpetrado crímenes de guerra lograron instalarse en Argentina, Chile y Brasil y otros países de América Latina, tras la derrota del Tercer Reich de Alemania en 1945. Algunos criminales de guerra podrían estar refugiados en Brasil según informaciones del centro Simon Wiesenthal, entre ellos Aribert Heim, uno de los nazis prófugos más buscados. Heim, 93 años, trabajó como médico en los campos de concentración de Sachsenhausen, Buchenwald y Mathausen, y era conocido como el "doctor muerte" por sus crímenes durante el otoño de 1941 cuando asesinó a cientos de prisioneros con inyecciones de benceno en el corazón.
La captura de Heim tiene una recompensa de 310.000 euros, ofrecidos por los gobiernos de Alemania y Austria y por el Centro Wiesenthal. Datos que conduzcan a la captura y el enjuiciamento de otros criminales de guerra nazis serán recompensados con 10.000 dólares, precisó Zuroff.
Con esta iniciativa se evitarán casos como el del ciudadano croata Ivo Rojnica, aliado de los nazis y acusado de perseguir a los judíos, que murió el sábado en Buenos Aires, a los 92 años, sin ser juzgado por sus crímenes. Rojnica era miembro del movimiento croata Ustasha, aliado de los nazis, y fue gobernador del distrito costero de Dubrovnik entre 1941 y 1945. "Habría sido justo que fuera juzgado. No hay pruebas de que mató a gente con sus manos, pero sí de que firmó órdenes de deportación" de judíos y serbios. Su muerte, según el director del Centro Wiesental, "es un fracaso del sistema judicial croata. Nunca formularon una inculpación, ni reclamaron la extradición", a pesar de que a las autoridades croatas se les recordó su presencia en Argentina hace dos años.

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