"La gente está fascinada. Se trata de objetos relacionados con la Segunda Guerra Mundial", ha señalado en la televisión Heinz-Peter Haustein, alcalde del pueblo y diputado liberal en el Bundestag (Parlamento federal). "Es bueno hablar de todo aquello porque la guerra no es un capítulo acabado y representa una ocasión para evocar el pasado", ha añadido ante numerosos curiosos mientras que la maquinaria ha empezado a horadar el suelo al pie de una pequeña colina, cerca de una estación abandonada.
La semana pasada el alcalde declaró a la prensa que el metal precioso se encuentra en una sima en una pared de rocosa que fue construida por el hombre y que ahora se encuentra semiderruida. La sima está conectada con un pozo que es al que están intentado acceder las máquinas. Los análisis realizados con aparatos electromagnéticos, según Haustein, han confirmado que el metal hallado no es hierro y que "solo puede ser oro, quizás plata".
Un radiotelegrafista de la Luftwaffe
"Puede tratarse de oro del salón de ámbar de los zares u otro tesoro", señaló el alcade, que desde hace años busca en las montañas que separan Alemania de la República Checa tesoros que los nazis pudieron ocultar cuando se produjo la caída del Tercer Reich. Haustein es apoyado en su búsqueda por Christian Hanisch, un buscador de tesoros aficionado del norte de Alemania, que basa sus investigaciones en anotaciones dejadas por su padre, radiotelegrafista de la Luftwaffe durante la Segunda Guerra Mundial.
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