El 14 de marzo de 2003 el Tribunal Supremo dictó sentencia firme contra Alberto Alcocer y Alberto Cortina por el ‘caso Urbanor’: tres años y cuatro meses de cárcel por delitos de estafa y falsedad documental. Ante esta tesitura los primos pidieron recurso de amparo al Tribunal Constitucional alegando que estos delitos habían prescrito. La duda residía en la aplicación estricta o no del artículo 133 del Código Penal que establece que las penas impuestas por sentencia firme prescriben a los cinco años en los casos menos graves, apartado en el que se enmarca la condena contra los Albertos.
Finalmente, el Tribunal Constitucional ha estimado el recurso de amparo y ha decidido aplicar el Código Penal en su interpretación más laxa, de forma que los empresarios se libran de ingresar en prisión.
Alberto Alcocer y Alberto Cortina, para intentar salvar la cara en el caso Urbanor, además de pedir el amparo al Constitucional y un fallido intento de indulto, pusieron en marcha una tortuosa maniobra que les va a costar sentarse de nuevo en el banquillo por presunta falsedad de documento privado y estafa procesal. Se trata de la conocida como ‘carta falsa’ cuyo contenido revelaba la supuesta confabulación de los socios minoritarios para incriminar a los Albertos puesto que reconocían tener conocimiento de los dos precios de la venta de terrenos.
Dicha misiva apareció casualmente 26 días después de conocer la condena contra los primos y después de que éstos contrataran los servicios de Capital Inmobiliario Colón para “investigar, localizar y obtener material probatorio” que desestimara la sentencia del Supremo. Por todo ello, Cortina y Alcocer se enfrentan a un nuevo procedimiento por intentar ‘colar’ un documento privado falso como prueba en un juicio.
Se volverán a librar. Es lo suyo. Son bípedos implumes muy poderosos. Tanto que me dan grima. Ahora de caceria para celebrarlo. El alma, como el cemento. Gris. Que tios, que digo, que primos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario