
" Para lo que hice, siempre hubo razones, buenas o malas, no lo sé; en cualquier caso, razones humanas. Los que matan son hombres, como también lo son los muertos. Eso es lo terrible. Nunca podemos decir: no mataré nunca, es imposible; como mucho, podemos decir: espero no matar".
La novela gira en torno a Maximilien Aue, un Doctor en derecho, casado, con hijos, discreto y calmado. Desde un lugar tranquilo de Francia y después de 30 años, se decide a contar su pasado. No porque sienta necesidad alguna de justificación, simplemente quiere contar la historia tal y como él la vivió. Menuda historia. De algún modo se hace carne y hueso en Aue la concepción de Arendt sobre la banalidad del mal. "Vivo, hago lo que es factible, eso es lo que hace todo el mundo, soy un hombre como los demás, soy un hombre como vosotros. ¡Venga, si os digo que soy como vosotros!.
Joanthan Littell nos hace revivir los horrores de la Segunda Guerra Mundial desde el lado de los verdugos, al mismo tiempo da cuenta de una vida como pocas veces se ha hecho: Las Benevolas es la epopeya de un ser arrastrado por su propio recorrido y por la historia.
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