El perro de Bermejo se llama, en francés, Cocú, en castellano, cornudo, y cazando cazando ha sido cazado el cazador. Bermejo Fdez. Mariano. Vaya personaje. La historia es de broma si no fuera por lo que de la misma puede derivarse, al margen de consecuencias, si las hay, si bien interpretaciones pueden hacerse no pocas y a cual de ellas más rocambolesca pero que trás los hechos se esconde, sin duda, algo bastante feo. Compadreo, contubernio, embrollo, en fin, que huele bastante mal. CORRUPCIÓN se llama la figura. El ministro, ya veremos por cuanto tiempo, ha quedado como Cagancho en Almagro. Vaya papelón. Otro día hablaremos de Terminator Garzón el inefable compañero de fatigas de Bermejo. ¡Que pais!. para colmo por no tener no tenía ni licencia para cazar en Andalucia. Es de chiste. A cualquiera de nosotros nos hubiera caido un paquete de cuidado, La Ley 8/2003, de 28 de octubre de la Flora y la Fauna Silvestres de Andalucía tipifica como "sanción grave" cazar "sin licencia o con datos falsificados", como hizo el ministro de Justicia en la provincia de Jaén. En el capítulo de sanciones, se detalla que las "infracciones graves", como la cometida por Fernández Bermejo, están castigadas con multa de 601 a 4.000 euros. Además, el artículo 83 de la citada ley explica que "la comisión de infracciones tipificadas en esta ley podrá llevar aparejada las siguientes sanciones accesorias": la "suspensión o inhabilitación para la obtención de la correspondiente licencia o autorización del aprovechamiento por un periodo comprendido entre un mes y cinco años, cuando la infracción sea calificada como grave".En fin.
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