Lo de Italia es como para echar el cierre. Parece mentira que un personaje como el llamado "il cavaliere" pueda ser primer ministro del país transalpino. Un mafioso de marca mayor, un sinverguenza que maneja la justicia a su servicio, que legisla en atención a sus intereses, que desbarra con declaraciones siempre ridículas y que abochorna con sus manifestaciones al más pintado. Sin embargo ahí sigue, ganando elecciones y demostrando una chuleria insoportable. Un personaje que si no fuera por el poder que ostenta estaría encerrado hace años en la carcel por la cantidad de abusos de poder y desmanes cometidos. Un crápula repugnante este cesar de poca monta, que en su harén de la isla de Cerdeña repleto de mujeres y de tios despelotados cumple con lo que de él se espera. Lo peor. Vaya personaje más siniestro.
Un viejo recauchutado que podrá conseguir en la tierra manejar a su antojo a un tropel de siervos dispuestos a cubrir las verguenzas de su amo pero al que felizmente no se le va a proporcionar el elixir de la eterna juventud. Ya puede tomar estimulantes que lo que no puede luchar es con los 73 años que le adornan y que le exige dosis extras de viagra para poder dar cumplida cuenta a sus devaneos con menores o con lo que se tercie.
Y lo último es el papel de estrella de la que se dice es esa chica de 18 años, Noemi Letizia a la que le abrieron en exclusiva, para ella solita, el colegio electoral de Napolés donde votó el pasado fin de semana en las elecciones europeas que ni que decir tiene, ha ganado el personaje. La "niña", por decir algo, estará encantada. Italia, que pena. Menudo canalla sin escrúpulos. Ahora con la desverguenza que le caracteriza "culpa" de su victoria solo por nueve puntos en las citadas elecciones a su mujer, por declarar que es un salido al que pirran las menores, al fichaje de Kaká y al caso Noemí. Y no se le cae la cara estirada por la cirugia. Como dice este domingo pasado en "el pais" José Saramago, "no veo que otro nombre le podría dar. Una cosa peligrosamente parecida a un ser humano, una cosa que da fiestas, organiza orgias y manda en país llamada Italia". Saramago lo califica de delincuente. ¡Que menos Don José!. Un degenerado que provoca vómito y que está dejando a Italia en la ruina moral. La culpa, de los italianos que toman como modelo a seguir a este estirado viejo verde. Lamentable. Incalificable. Incomprensible. Que hedor desprende este engreido personaje. Y sus acólitos, los pelotas que circundan el poder riendo las gracias de este consumado delincuente. Repugna escribir sobre este bipedo implume. Ya mismo voy a darme una ducha.
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