lunes, 21 de septiembre de 2009

APERTURA DEL AÑO JUDICIAL

Enfundados en sus togas y cargados de condecoraciones aparecieron los jerifaltes de la justicia de esta cosa llamada España. Políticos y jueces, juntos y revueltos, dando dentelladas a diestro y siniestro, con la mirada, sin desenfundar, sonriendo, cerca del rey, campechano, pasota, a su bola, disimulando, que puede hacer....... dejarse llevar, lo hace de maravilla. Es innegable.
De los escasos fragmentos que han sacado los medios destaca el rostro imperterrito, encantado de haberse conocido del ilustre fiscal general del estado, magistrado del Tribunal Supremo por derecho y que desde que ocupa el cargo de FGE está dilapidando toda su trayectoria. Ha demostrado en cuantas ocasiones ha tenido la oportunidad, su sectarismo acompañado de no poca desverguenza. Dicen quienes lo conocen que es un hombre brillante, no seré yo quien lo niegue, ahora bien, la brillantez intelectual no excluye en ningun caso la desverguenza. Se llama, Cándido Conde Pumpido.

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