En 1780 instaló una tienda en la calle Des Lombards, que era la calle donde estaban los vendedores de especias, las confiterias y los importadores de productos alimenticios. Allí, según un biógrafo tuvo la idea de genial de que los alimentos podían ser conservados intactos encerrándolos herméticamente en recipientes e hirviendo estos en agua a 100 grados centígrados.
Nicolás Appert fundó la primera fábrica de conservas en 1804 en la localidad de Massy. Para tener primeras materias para la industria adquirió varias hectáreas que dedicó al cultivo de guisantes y alubias, que posteriormente conservaba y que puede decirse que fueron los primeros productos alimenticios que han sido conservados. En la época de las guerras napoleónicas empezó a servir a la intendencia y recibió un premio de 12.000 francos por una obra titulada "el arte de conservar durante algunos años todas las sustancias vegetales y anímales". En un principio trabajaba con recipientes de vidrio, pero también fue el primero que usó los de hojalata.
No obstante su ingenio, Nicolás Appert, que fue un hombre inteligente y emprendedor, no tuvo gran sentido comercial ya que la primera patente para la comercialización de conservas por su sistema fue registrada por un americano. Así pues, Nicolás Appert, arruinado en su pequeña industria y olvidado de todos, murió a los 92 años en la mayor miseria en la población de Massy donde habia instalado la primera fábrica. Allí puede verse todavía en la calle que lleva su nombre, la casa donde vivió, que ostenta una placa que se colocó mucho más tarde cuando su gloria fue reconocida.
(Nestor Luján. extra Historia y Vida. número 34).
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