domingo, 27 de mayo de 2007

JUICIO 11- M SUMARIO 20/04 CUADRAGÉSIMO PRIMERA SESIÓN

La sesión se abrió con una nueva llamada de atención de Gómez Bermúdez al procesado Zouhier. Además, dos peritos admitieron que una de las bolsas en las que según la Fiscalía se transportaron los explosivos desde Asturias a Madrid pudo en realidad haber contenido hachís. Otras dos expertos constataron "mínimas diferencias" entre la mochila de Vallecas y la que les entregaron como muestra patrón. De esta última dijeron que no saben de dónde procedía. Además, el abogado de Suárez Trashorras consiguió que los peritos admitieran que no se pueden certificar los supuestos viajes del ex minero a Madrid a partir del registro de peajes pagados con su tarjeta de crédito.
El presidente del tribunal tuvo que reprobar al acusado Rafa Zouhier. Aunque en un principio ordenó su expulsión temporal de la sala, finalmente dio marcha atrás y únicamente censuró su actitud. Las cámaras no lo captaron, pero el procesado hizo gestos a los primeros peritos de la Guardia Civil que comparecieron en la sesión de este miércoles. Por eso Gómez Bermúdez advirtió a los acusado que no pueden hacer ningún tipo de gestos a los testigos o peritos.
Las dos expertas que se encargaron de analizar la conocida como mochila de Vallecas, que apareció en comisaría, explicaron que era prácticamente idéntica a la que les fue entregada como patrón de referencia. En su informe, que ratificaron, especificaron que las dos bolsas únicamente diferían en el hilo de costura utilizado en las guarniciones. En un caso era de poliéster negro y en el otro azul. Por este motivo no pudieron darlas por similares aunque consideraron que ambas tenían la misma procedencia.
A preguntas del abogado defensor de los acusados Jamal Zougam y Basel Ghalyoun, José Luis Abascal, indicaron que no perseguían ningún objetivo al realizar las comparaciones y que desconocen la procedencia de la bolsa utilizada como patrón. Funcionarios policiales declararon hace meses que adquirieron una bolsa de deportes similar a la de Vallecas en una tienda de deportes del barrio de Lavapiés, cerca del locutorio que regentaba el acusado Jamal Zougam. Esta fue la bolsa que la Policía entregó al juez Del Olmo sin especificarle que no se trataba realmente de la mochila aparecida en Leganés. En cuanto al análisis practicado a distintas bolsas de basura de escenarios diferentes relacionados con el 11-M las expertas pusieron de manifiesto que la bolsa localizada en la furgoneta Renault Kangoo y que contenía detonadores y un cartucho de Goma 2 ECO era similar en composición y comportamiento a dos localizadas en la casa de la Calle Carmen Martín Gaite de Leganés. Tras esta pericial se produjo otra relacionada con los análisis de huellas practicados en la Kangoo. Según los expertos, se encontraron 55 diferentes y lograron aislar 26. Seis de ellas pertenecían al propietario del vehículo al que le fue robada la furgoneta, aseguraron. Dos, pertenecientes a los dedos medio y pulgar fueron identificadas con uno de los supuestos terroristas a los que se considera huido, Daoud Ouhnane, y se encontraron en la bolsa de basura que contenía los detonadores, añadieron. Los expertos concretaron que las 18 huellas restantes continúan anónimas y están en una base de datos actualizada diariamente con objeto de lograr su identificación.
Antes declararon dos expertos de la Guardia Civil que explicaron que, según sus estimaciones, la cantidad total de dinamita procedente de Asturias superaba los 312, 50 kilos. Los dos peritos concretaron que para realizar estos cálculos realizaron pesajes tras la localización de las mochilas y bolsas adquiridas por Jamal Ahmidan, alias "El Chino" y otros supuestos miembros de la célula en el Carrefour de Avilés el fin de semana en que se produjo el robo de dinamita en Mina Conchita y las usadas por los acusados Sergio Álvarez y Antonio Iván Reis y el menor conocido como "El Gitanillo" en sus transportes a Madrid.
Teniendo en cuenta la capacidad de las mochilas, concluyeron que "El Chino" extrajo de Mina Conchita un total de 270 kilos de dinamita, dato que coincide, añadieron, con los fallos en las anotaciones de consumos de la explotación y con la apreciación de Intervención de Armas de la Guardia Civil sobre un consumo excesivo en la mina la semana previa al 28 y 29 de febrero. Sin embargo, ningún agente ni interventor de los que han pasado por el tribunal ha declarado algo así. Los peritos de la Guardia Civil que realizaron el informe sobre los viajes de algunos procesados a Madrid para, supuestamente, traer explosivos, han estimado que en total, entre lo que transportaron ellos y lo que transportó 'El Chino' tras el robo en Mina Conchita, la cantidad de explosivo procedente de Asturias y facilitada por Emilio Suárez Trashorras ascendería a un máximo de 312 kilos.

Esa cifra procede de calcular las cantidades máximas que pudieron cargarse en las seis mochilas robadas por 'El Chino' en el hipermercado Carrefour de Avilés y las bolsas que Sergio Alvarez 'Amocachi', Iván Reis Palicio y Gabriel Montoya 'El Gitanillo' llevaron a Madrid en autobús.

Si tenemos en cuenta las cantidades de explosivo puestas de manifiesto en el escrito de acusación (pdf) y la vista oral, la suma podría ser la siguiente:

En los trenes estallaron 13 bolsas o mochilas bomba con una carga explosiva estimada de 10 kilos cada una (la mochila de Vallecas tenía casi 11 kilos), lo que supone un total de 140 kilos. El artefacto colocado en la vía del AVE en Mocejón (Toledo) tenía 12 kilos de Goma 2 ECO. Entre los escombros del piso de los terroristas en Leganés, hallaron 594 envoltorios de cartuchos, lo que significa, según la Guardia Civil, unos 90 kilos de explosivo (cada cartucho es de 152 gramos). Sin embargo, la cantidad real encontrada son 17 kilos, a los que habría que sumar los 30 kilos que la Policía considera que estalló en la explosión suicida. Se desconoce si el explosivo correspondiente a los envoltorios, aparte de estallar en Leganés, pudo formar parte del artefacto del AVE o de las bombas de los trenes. Es decir que en Leganés pudo haber entre 47 y 90 kilos. El total asciende a una cifra que oscila entre los 200 y los 242 kilos.

En cuanto al transporte de dinamita realizado por Sergio Álvarez destacaron que realizaron comprobaciones de prueba cargando la bolsa que transportó, que contenía en su interior una caja, tanto con Goma 2 ECO como con hachís. A causa de la mayor densidad del explosivo concluyeron que era más probable que transportara explosivo y no droga ya que la caja completa cargada con hachís hubiera pesado únicamente unos 15 kilos lejos de los 40 que según el propio acusado pesaba la bolsa. Pusieron de manifiesto que la caja utilizada en la comparación fue una de las que contiene habitualmente dinamita. No obstante, el letrado de Álvarez destacó durante su interrogatorio que su cliente declaró que pensaba que la caja empleada era metálica.
El peso total de la dinamita en este caso quedó calculado en unos 25 kilos. Esta comprobación no pudo aplicarse al transporte llevado a cabo por Antonio Iván Reis ya que no contaban con referencia de peso. No obstante estimaron que no se trataba de hachís ya que consideraron que si se hubiera tratado de esta droga el acusado hubiera detectado su olor característico, puesto que era un consumidor habitual.
A estas cantidades hay que añadir las portadas por "El Gitanillo" que superaban los 15 kilos (17,50). Los peritos reconocieron que tuvieron en cuenta para su conclusión valorativa la declaración del menor que aseguró que lo que transportó era explosivo. "Si lo que se transportó aquella vez era dinamita era más probable que las anteriores veces fuera lo mismo", dijeron.

Iván Reis declaró que, en su viaje a Madrid del 9 de enero de 2004 realizado por encargo de Trashorras, pensaba que transportaba hachís. La bolsa que llevaba no pesaba mucho, dijo, unos 10 kilos.

Sergio Álvarez viajó a Madrid el 5 de enero con una pesada bolsa de unos 30 o 40 kilos. Según él, Trashorras le había dicho que llevaba CDs pirata. Los peritos concluyen que no transportaban ni hachís ni CDs, pero sus explicaciones para justificarlo han quedado incompletas.

El que dijo que llevaba hachís era Iván y su bolsa, según declaró, pesaba unos 10 kilos. Por tanto, la conclusión de los peritos, resumida por el presidente del tribunal, es que la bolsa de Iván Reis podía cargar hachís perfectamente, como había dicho él. Eso sí, también podría haber transportado detonadores: ocho cajas pesan un máximo de 10,4 kilos.

Sobre si hicieron una prueba cargando una bolsa con CDs, los peritos han reconocido que no lo hicieron y que subestimaron esa opción porque sólo la había planteado Sergio Álvarez. Argumentan que la densidad del hachís es mucho menor que la del explosivo y que, en sus pruebas realizadas, al cargar de hachís una bolsa de deportes como la que decía Sergio que llevó, no pesaba 30 ni 40 kilos, sino un máximo de 17 kilos. El problema a su explicación es Sergio dijo que llevaba CDs, no hachís.

Quien sí reconoció que transportaba explosivos fue Gabriel Montoya 'El Gitanillo'. En un viaje a finales de enero de 2004, el entonces menor de edad hizo una entrega de 15 kilos.

Según la investigación, en la noche del 28 al 29 de febrero, Jamal 'El Chino', Abdennabi Kounjaa y Mohamed Oulad Akcha, acompañados de Gabriel Montoya, entraron en Mina Conchita y llenaron seis mochilas grandes de los explosivos que ya había apalabrado Emilio Suárez Trashorras con trabajadores de la mina.

El perito Y-57.188-A ha señalado un dato relevante sobre el gasto de explosivos en Mina Conchita: "El día uno de marzo la intervención de armas de la Guardia Civil les llama la atención el consumo excesivo que han tenido en la semana anterior".

De esta manera, este sargento respondía a la pregunta de si la cantidad supuestamente robada por 'El Chino' -hasta un máximo de 270 kilos- se correspondía con los desfases del libro de contabilidad de la mina.

Ninguno de los guardias civiles que han pasado por el tribunal, incluidos los interventores, han señalado ese dato de manera tan clara. El pasado 10 de mayo, el mismo perito explicó que los libros de contabilidad elaborados por el vigilante de la mina, Emilio Llano, tenían dos errores, uno con fecha 21 de enero y otro del 1 de marzo. Emilio Llano justificó dichos errores como confusiones de anotación. Los responsables de Caolines de Merillés lo consideraron una confusión porque se fiaban de Llano, el vigilante de toda la vida.

La Guardia Civil acabó dándose cuenta de que Llano llevaba dos libros de contabilidad, uno para la empresa distribuidora, Caolinés de Merillés, y otro para la Guardia Civil. Las diferencias entre ambos eran "notables", según dijo el perito hace 13 días.

Cuando tras los atentados, la Guardia Civil, estudió los libros, se dio cuenta de esto y de que Llano llevaba dos libros de contabilidad, uno para la empresa distribuidora, Caolines de Merillés, y otro para la Guardia Civil. Las diferencias entre ambos eran "notables", según dijo el perito hace 13 días.

Los peritos tampoco han podido certificar los supuestos viajes de Trashorras a Madrid a partir del registro de peajes pagados con su tarjeta de crédito. El abogado del procesado que afronta la mayor petición de condena ha conseguido que los peritos dijeran que no se puede asegurar que Trashorras fuera el que utilizaba su tarjeta de pago pese a ser el titular de la misma, puesto que al pagar en un peaje no se muestra el DNI.

Estos dos expertos detallaron ante el tribunal los datos referentes al pago de peajes realizados por José Emilio Suárez Trashorras y otros acusados y que, según dijeron coinciden con diferentes circunstancias de la causa como las reuniones en los restaurantes Mc Donalds, la entrega a Rafa Zouhier de una muestras de dinamita etc...

Los peritos reconocieron no obstante, a preguntas del abogado defensor del ex minero Gerardo Turiel, que a pesar de contar con resguardos de pagos con tarjetas de crédito en determinados peajes no es posible asegurar que la persona que utilizó la tarjeta fue en concreto este acusado ya que el DNI no se solicita en este tipo de pagos.

Por otro lado, los peritos 17.608 y 18.502 han declarado sobre las cintas de vídeo que contenían mensajes de reivindicación de los terroristas: la depositada por ellos y hallada en una papelera junto a la mezquita de la M-30, con reivindicación en nombre de Abu Dujana leída por un encapuchado desconocido (posiblemente Allekema Lamari); y las encontradas entre los escombros del piso de los suicidas de Leganés, con los mensajes cortados, leídos por un encapuchado que resultó ser 'El Chino', según la identificación de su familia, y que hablaba en su propio nombre.

Los peritos han comparecido para señalar que no pueden descartar que los tres mensajes fueran grabados por la misma cámara de vídeo, ya que las cintas no registran datos suficientes para determinar el modelo de cámara usado.

La sesión de este miércoles ha tenido un final precipitado. El rayo de una tormenta dejó sin luz al pabellón de la Audiencia Nacional donde se celebra la vista oral apenas una hora después de que se reanudara la sesión vespertina. En ese momento, acabado el programa de periciales previsto para el día, se estaba leyendo la declaración policial del preso marroquí Nafia Nausrredine, que afirmaba que el procesado Hassan el Haski es miembro del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GCIM). La lectura, por tanto, se reanudará el próximo lunes.

Para ese día, también se prevé la pericial sobre el estado psicológico del procesado Emilio Suárez Trashorras. De ahí en adelante, el resto del día y de la semana estarán dedicados a los explosivos del 11-M, incluido el último informe realizado por ocho peritos y entregado al tribunal el pasado 15 de mayo.

Por otro lado, este miércoles la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia Nacional ha prorrogado otros dos años la prisión preventiva del procesado Mohamed Larbi ben Sellam.

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