domingo, 27 de mayo de 2007

JUICIO 11 - M SUMARIO 20/04 CUADRAGÉSIMA SESIÓN

Attila Turk, preso en Francia por su pertenencia al Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GCIM), ha declarado como testigo en el juicio del 11-M por su amistad con el procesado Hassan el Haski, al que alojó en su piso de París antes de los atentados de Madrid, según ha reconocido.

Sin embargo, y en contra de lo que sostuvo ante la policía francesa, ha dicho que El Haski no se mostró ni preocupado ni inquieto.

Además, ha dicho no recordar si aquello fue antes o después del 11-M. Sólo buscaba alojamiento y trabajo, ha afirmado. Junto con Bachir Ghoumid (el preso islamista que ayer se negó a declarar), el testigo le buscó un piso donde alojarlo, según ha admitido. Pero Hassan el haski sólo estuvo con ellos unos 15 días. Después se fue y no sabe dónde.

Hassan el Haski está procesado como ideólogo de los atentados del 11-M. La base de la acusación de la fiscalía contra él son las declaraciones que Attila Turk hizo sobre él, según reconoció este lunes, ante el tribunal, la agente de la UCIE 79.651 que comparecía como autora del informe sobre El Haski remitido al juez instructor de la investigación, Juan del Olmo, y presente en el sumario.

La fiscal, Olga Sánchez, concluye en su escrito de acusación que El Haski es Abu Hamza, líder del GCIM en España. Preguntado por esta identidad, Turk ha negado que al procesado se le conociera por ese nombre. Sin embargo, cuando la defensa de El Haski ha preguntado al testigo si su propio sobrenombre (el de Turk) es Hamza, él lo ha confirmado.

El abogado de El Haski le ha pedido al testigo que explique las condiciones en las que prestó la declaración que luego, en España, ha tenido en cuenta la fiscalía. Attila Turk ha contado que contestó 11 interrogatorios de cuatro y cinco horas cada uno, sin dormir, y que sus declaraciones no fueron hechas con "conciencia real".

A continuación han testificado otros dos testigos, también por videoconferencia desde Versalles: los hermanos Youssef y Ahmed M'saad. Según han constatado, Hassan el Haski se alojó en la casa de ambos, en la localidad francesa de Goussainville en días anteriores y posteriores a los atentados. Todos ellos se conocieron en Siria años antes. A veces se iba sin decir adónde (a Mantes la Jolie y a Cliché-Sous-Bois); otras, iba a un cibercafé a conectarse a Internet.

En contra de lo que mantiene la fiscalía, los testigos han señalado que El Haski nunca tenía dinero. Preguntado por si tenía una concepción extremista de la religión y si consideraba que los suicidas eran mártires, los testigos han dicho que no saben. Ahmed ha afirmado que El Haski se declaraba "preparado para responder a cualquier pregunta" sobre el islam.

Sobre la identidad de Abu Hamza, Youssef M'saad ha reconocido que así le llamaban "raramente" a El Haski y que ése era el sobrenombre de Attila Turk.

En la sesión vespertina de este martes declararon varios peritos expertos en Antropología, acústica forense, pruebas de ADN y uno de los traductores que revisó las conversaciones que mantuvo en Italia "El Egipcio". Este intérprete aclaró a la fiscal Olga Sánchez que jamás tuvo en su poder las cintas donde estaban grabadas dichas conversaciones, ni tampoco los documentos hallados en los soportes informáticos encontrados en Leganés. Sólo tuvo acceso a las notas que le remitieron desde la Audiencia Nacional. Señaló que aunque él realizó traducciones literales se vio obligado a "rectificar algunas cosas que estaban mal traducidas".Los peritos de la Policía Científica encargados de los análisis de identificación de ADN en distintos escenarios relacionados con el 11-M detectaron los perfiles genéticos de los acusados Abdelmajid Bouchar y Basel Ghalyoun en el piso de Leganés. En concreto, el perfil genético de Bouchar fue encontrado en un hueso de dátil y un hueso de aceituna, según han señalado los expertos al fiscal Carlos Bautista. Estos huesos fueron hallados en la bolsa de basura que según testigos policiales tiró Bouchar momentos antes de que el piso saltara por los aires.
También aparecieron restos genéticos de Bouchar en una cuchilla de afeitar en la finca de Morata de Tajuña. El ADN de Basel Ghalyoun – a quien la fiscal acusa de ser uno de los autores materiales de los atentados– se encontró en una de las muestras que los peritos tomaron del gorro que se encontró entre los escombros de Leganés. Este punto en cuestión ha sido objeto de polémica. El abogado de Ghalyoun, José Luis Abascal, ha preguntado por qué cogieron únicamente dos muestras.
Los peritos explicaron que cogieron muestras del interior del gorro ya que es la zona que está en contacto con la epidermis y que, por tanto, es la más adecuada para obtener el perfil genético de la persona. Se recortó el interior del gorro "para buscar restos epiteliales que halla podido dejar la piel en contacto" con el sombrero. Abascal siguió insistiendo sobre este aspecto. Según se desprendió de la declaración de los técnicos, el gorro podría haber tenido más muestras de ADN, pero coger un mayor número "no habría tenido sentido".
Abascal también defiende a Jamal Zougam, de quien no se ha encontrado ninguna muestra de ADN en ninguno de los escenarios vinculados con la masacre. Tampoco de los considerados ideólogos de los atentados. El ADN sitúa, por otra parte, al acusado Mohamed Bouharrat en un vehículo Renault 19, que según explicó este acusado en su testimonio al inicio de la vista oral pertenecía a un conocido de nombre Abderramán. Utilizó el vehículo "para dormir" durante un tiempo a su regreso de un viaje.
El resto de perfiles genéticos encontrados en Leganés, Morata de Tajuña u otras escenarios relacionados con los atentados como la vivienda de Albolote (Granada) o la furgoneta Kangoo, en la que según la versión oficial, se transportaron los explosivos hasta la estación de Alcalá de Henares, corresponden a algunos de los supuestos suicidas como Rifaat Anouar, Jamal Ahmidan o los hermanos Oulad Akcha. En cuanto a los huidos, los expertos destacaron que el ADN de Mohamed Afalah, al que se considera muerto en Irak, apareció en el Skoda Fabia, que también según la versión oficial, pudo utilizarse para el transporte de explosivos.
También comparecieron los expertos en Antropología que reconstruyeron el rostro de Allekema Lamari, uno de los muertos de Leganés. En concreto, compararon un resto de su cabeza con una reseña policial que les fue facilitada por su comisario jefe, aunque quisieron precisar que no saben quién se la facilitó a éste.
Uno de los testigos que ya declaró en el juicio, Jaouad El Bouzorouti, afirmó, por dos veces, que la Policía se presentó en su casa el mismo día 11 de marzo sobre las siete u ocho de la tarde para realizarle preguntas sobre los atentados. En concreto le preguntaron si conocía a Lamari. Añadió también que los agentes le pegaron y amenazaron para que declarase ante Del Olmo que había visto a Bouchar con el considerado uno de los autores intelectuales de los atentados, Youssef Belhad. Asimismo, según su testimonio, los policías le obligaron a decir que Bouchar había regresado de un viaje de Bélgica "más radical".
También declaró el intérprete que se encargó de traducir conversaciones mantenidas por "El Egipcio" cuando estaba en Italia. Precisó con bastante ahínco a la fiscal Olga Sánchez que nunca ha escuchado las cintas originales, sino que lo único que han llegado a sus manos han sido las notas donde supuestamente se transcriben esas conversaciones en árabe. Asimismo tradujo documentos recuperados en soportes informáticos encontrados en Leganés. Sobre estos realizó la misma aclaración: Nunca tuvo acceso a ellos directamente. Participó en la traducción de "documentos que me fueron remitidos por la Audiencia Nacional".
Aclaró que su manera de trabajar se basa en realizar traducciones literales y en ningún momento en interpretar. No obstante, precisó que en ocasiones tuvo que "rectificar algunas cosas que estaban mal traducidas".
Por último, dos peritos en acústica forense que se ocuparon de estudiar los tres vídeos de reivindicación recuperados uno de ellos en las cercanías de la Mezquita de la M-30 y dos en los escombros de Leganés indicaron que la voz de la persona de la cinta de la papelera de la M-30, no es la misma que la de las dos cintas de la casa de la calle Carmen Martín Gaite. "Hicimos una comparación entre las tres grabaciones y con otros registros solicitados por la Audiencia Nacional, incorporadas a la causa", indicaron los expertos. Según sus conclusiones "con casi total probabilidad la persona de la Mezquita y las de Leganés no eran la misma y en el caso de las dos cintas de Leganés eran la misma persona".
En cuanto a la comparación con otros locutores de cintas solicitadas por la Audiencia Nacional, no existía correspondencia. El experto advirtió que contaban en el análisis con "supuestos de mala calidad" y se vieron obligados a recurrir a un reconocimiento automático de voz.

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