jueves, 3 de mayo de 2007

JUICIO 11 - M SUMARIO 20/04 TRIGÉSIMO PRIMERA SESIÓN. (matinal)

El juicio del 11-M ha retomado este jueves la vista oral. El primer testigo que ha prestado declaración en la jornada de hoy, Dolores Motos, explicó ante el tribunal que cuando la Policía Científica le llamó se dirigió a Comisaría para declarar aunque no recordó qué día fue. En un principio le dijeron que tenía que acudir a las dependencias policiales porque iba a identificar un cadáver. No le extrañó porque tiene un familiar que vive en Alcalá de Henares y pensó que podía haber resultado afectado por las explosiones de los trenes. Sin embargo, cuando llegó a la comisaría los policías la metieron en una habitación y le preguntaron si estaba implicada en el 11-M. Ella dijo que no. Según contó, fueron muchos los policías que estuvieron con ella en la habitación, "venía uno, y luego otro...". Así estuvo "cuatro o cinco horas" sin que en ningún momento la Policía Científica le dijera si quería un abogado de oficio.
Todas las preguntas que le hicieron fueron sobre la existencia de un teléfono. En el juicio, esta testigo explicó que había comprado un móvil a su nieto por Reyes en el barrio de Usera y que cuando lo cargó no funcionaba. Volvió a la tienda al día siguiente y le dieron otro cargador. Tampoco funcionaba. Al día siguiente, por tercera vez, volvió al establecimiento y dejó allí el teléfono para que lo arreglaran. Después de 15 días seguía sin funcionar. En la tienda le dijeron que no le devolvían el dieron así que le cambiaron el móvil. Era del mismo modelo pero en vez del azul que había comprado, en esta ocasión era rojo. La tarjeta con la que activó ese aparato llevó al móvil de la mochila de Vallecas.
En este punto explicó que en ningún momento le enseñaron una serie de fotos para identificar a la persona que le había vendido los teléfonos. Preguntada si conoce a Emilio Suárez Trashorras o a cualquier otra persona relacionada con los atentados, la testigo repitió que no. Tampoco a una persona que se llama Begoña "con los mismos apellidos que la testigo" cuyo vehículo fue interceptado por su relación con la masacre.
Posteriormente declaró un testigo policial que explicó que está de baja por problemas cardíacos. Este miembro de la Policía Científica explicó que el día de los atentados adelantó su entrada en la Brigada. Primero fue a Ifema para colaborar en la identificación de cadáveres. Desde allí es comisionado en un par de ocasiones a varias estaciones: la de El Pozo, donde recoge restos humanos, y la de Atocha. Fotografía allí los restos y regresa con ellos a Ifema.
Durante la noche recibió instrucciones de ir al Parque Azorín porque había aparecido una mochila con explosivos en la comisaría de Vallecas. Según explicó al tribunal, le requieren "rápido para hacer el reportaje fotográfico". Este policía, explicó, pregunta si la mochila está desactivada o si se ha hecho un estudio previo. Le dicen que no saben cómo está. A continuación se dirige al comisario general de Seguridad Ciudadana, Santiago Cuadro, y le dice que ni él ni su compañero van a hacer fotos porque les da miedo que el flash provoque una explosión. Preparan entonces la cámara, una reflex 35mm tradicional, para que sea un tedax el que dispare. Tras alejarse él y su compañero vieron los destellos del flash y al poco el agente de desactivación les devuelve la cámara. Allí se quedan a la espera de que la mochila bomba sea desactivada. Lo que ven, según declaró, es una bolsa de basura oscura rota en un extremo. En ningún momento, especificó, vio una bolsa de deportes. Cuando se acercan para hacer las fotos al artefacto ya desactivado, alguien les dice que no lo hagan, que se vayan.

Fue entonces cuando el comisario general de Seguridad Ciudadana, Santiago Cuadro, le dice que le dé el carrete de la cámara para que el revelado sea más urgente". Según recordó, esta petición no le extrañó porque la máquina reveladora de su Brigada llevaba estropeada "mucho tiempo" y pensó que era lógico agilizar la labor lo más posible. Después de esto, matizó, "el carrete desaparece". Según explicó ha pergutnado en varias ocasiones a compañeros y le han dicho "que las fotografías no existían".

Un malentendido de la fiscal, que le preguntó molesta por las notas informativas elaboradas sobre esta circunstancia, provocó la intervención del presidente del tribunal. Gómez Bermúdez recordó a Olga Sánchez que el testigo estaba siendo correcto con ella. La fiscal había entendido previamente que se dirigió a ella como "hombre". Lo que le había dicho era "perdone", porque no le había entendido.
El miembro de la Brigada Provincial de Policía Científica, ha asegurado que las fotos que su equipo realizó de la mochila de Vallecas han "desaparecido". El agente se encontraba en la morgue improvisada en Ifema en la madrugada del 11 al 12 de marzo de 2004. Entonces, recibió órdenes de dirigirse al Parque Azorín, ya que los TEDAX necesitaban un reportaje fotográfico de la mochila bomba localizada en la comisaría del distrito de Vallecas. A su llegada -ha explicado- la bomba no había sido aún desactivada, por lo que se negó a realizar instantáneas alegando que el artefacto podía activarse al detectar la luz del flash. Por ello, entregó la cámara a uno de los artificieros para que se acercara con la cámara e hiciera las fotos. "Antes de irnos el comisario general de Seguridad Ciudadana me dice que le dé el carrete de la cámara para que el revelado sea más urgente". Esta petición no le extrañó ya que la máquina reveladora de su Brigada llevaba estropeada "mucho desde hace años" y pensó que era lógico agilizar la labor lo más posible. "El carrete desaparece" después de esto, destaca el agente; de hecho, reconoce que las veces que ha preguntado por él en ocasiones posteriores le han dicho miembros de su Brigada "que las fotografías no existían".
Después de este miembro de la Policía Científica prestó declaración el comisario de Puente de Vallecas, donde apareció la mochila. Aunque no fue identificado, se trata de Rodolfo Ruiz. Apuntó que "jamás" vio la bomba y que le avisaron cuando ya había sido conducida al Parque Azorín para su desactivación. Hoy ha asegurado que nunca vio la mochila con el artefacto hallado en su comisaría. "Yo jamás ví la bomba", ya que le avisaron cuando ya había sido conducida al Parque Azorín para su desactivación, ha insistido.
Relató que la decisión de transportar los objetos a comisaría se tomó tras observar que se amontonaban en los andenes de las estaciones donde se habían producido las explosiones. En un inicio se decidió, a causa de su cercanía, trasladarlas a Villa de Vallecas pero, cuando se estaban transportando, se recibió una circular, no especificó de quién, indicando que las bolsas con efectos se estaban centralizando en IFEMA. Por la tarde, recordó el comisario, la juez de guardia dispuso que los objetos se llevaran a Puente de Vallecas.
Entre los testimonios de la mañana destaca el de la madre de Jamal Zougam, procesado como autor material de los atentados. Aicha Achab ha declarado que Jamal Zougam durmió en casa toda la noche previa al ataque y que se levantó hacia las 10 de la mañana, desayunó con ella y se fue a trabajar, "como siempre". La madre del acusado Jamal Zougam, presunto autor material de los atentados de Madrid, ha asegurado ante el tribunal del 11-M que su hijo "dormía delante de mí" la noche del 10 al 11 de marzo de 2004 y ha lamentado la acusación hacia su hijo, a pesar de que las horas en las que se produjo la matanza del 11-M él se encontraba en su casa. "Se han dicho muchas cosas de él", ha lamentado.

Con un hilillo de voz temerosa y apenas inaudible, la mujer ha respondido a las preguntas del abogado de su hijo de una forma un tanto mecánica y poco reflexiva. Al fin y al cabo, respondía lo mismo que ha reiterado en diferentes ocasiones a la policía y al juez instructor. Incluso, pocos días después de los atentados, Aicha realizó las mismas afirmaciones a elmundo.es.

La noche anterior llegó a casa hacia las 23 horas, después de su habitual paso por el gimnasio. Llegó un poco antes de lo normal porque le dijo que había cerrado un poco antes la tienda que regentaba en el barrio de Lavapiés. "Siempre dormía en casa, delante de mí", ha afirmado. Según su relato, el 11 de marzo de 2004 Zougam se levantó a las "diez de la mañana y estuvimos viendo la tele hasta las once". Además, ha asegurado que su hijo no seguía ninguna corriente violenta del islamismo.

Antes de marcharse, ha intentado entregar un papel al tribunal, algo que le ha sido impedido porque cualquier documento debe ser aportado por una parte procesal y admitido por la Sala. Después, ha mandado un beso con la mano hacia la zona separada por un cristal blindado donde se encuentran los acusados, entre ellos Zougam.

"Yo me levanté a las 9, preparé el desayuno. Se levantó Mohamed (Chaoui), se duchó y se fue. Se levantó Jamal y estuvo mirando la tele conmigo hasta las 11. Llamó a su hermano para preguntar cómo estaba el tráfico y se fue el trabajo, como siempre".

Todo concuerda con lo manifestado por el acusado en su interrogatorio, incluida la llamada a su hermano, un asunto en el que Zougam se lio un poco a la hora de describir cómo se las apañó para ir a trabajar aquel día en el que el centro de Madrid estaba colapsado.

Mientras hablaba su madre, Zougam se mostraba inquieto y emocionado. Al final, le lanzó un beso a través del cristal blindado y una tierna sonrisa.

Por su parte, Daylena Cuayo, una de las últimas novias de Rafa Zouhier, señaló que está ligada sentimentalmente con el acusado desde 2003 y que salía habitualmente con él por las noches por lo que conoció a muchos de sus amigos. Su declaración se centró en especial en la reunión que mantuvo con Mario Gascón, un confidente policial y portero de discotecas que en su momento intentó que Zouhier se fuera de España. Dijo que le citó en una cafetería Puerta del Sol y que a la reunión se presentó con una ex novia de Zouhier. Daylena dijo que ambos estaban muy enojados con su novio –lo llamaron "Chivato"– y que, en especial la mujer, querían que Rafa se quedara en prisión por lo que le pidieron que hablara mal de él. Finalmente negó haber dicho que Zouhier había recibido dinero de El Mundo.

Tras este testimonio ha declarado brevemente Abdelilah Ahmidan, quien conocía a Zougam del gimnasio, aunque no ha sabido precisar si coincidió con él los días 10, 11 o 12 de marzo.

Relacionado en principio con el CNI ha comparecido otro testigo que ha negado pertenecer a los servicios de Inteligencia o colaborar con ellos. Se trata de Fernando Huarte, presidente de la Asociación de Ayuda al Pueblo Palestino en Asturias y afiliado al PSOE por la agrupación de Gijón. Saltó a la luz pública por haber visitado en prisión de Villabona (Asturias) a Abdelkrim Bensmail, condenado por ser miembro del Grupo Islámico Argelino (GIA), en la célula interceptada en España y liderada por Allekema Lamari, uno de los autores de los atentados del 11-M, que se suicidó en Leganés.

En su declaración de este jueves, Huarte ha admitido que se reunió tres veces con Bensmail, pero ha dicho no recordar las conversaciones que mantuvo con él. En una de ellas, grabada en la prisión, ambos hablaron de la relación que podía haber entre el terrorismo islamista y el de ETA, según publicó EL MUNDO. Huarte ha admitido que su asociación, no él, le pagó parte del gastó que le supuso al preso un tratamiento en el dentista: "ayuda humanitaria", ha justificado.

El testigo también ha alegado que no sabía que Bensmail estaba preso como miembro del GIA ni su vínculo con un terrorista del 11-M. Fernando Huarte explicó que no sabía que Bensmail, del que tuvo dudas sobre su nombre ante el tribunal, fuera miembro del Grupo Islámico Argelino. Sí que reconoció que le visitó en la cárcel en dos o tres ocasiones aunque no recuerda si en sus conversaciones Benesmail le habló de Allak ema Lamari, muerto en Leganés. Tampoco dijo recordar cuándo habían sido esas visitas ni si hubo alguna después del 11-M. En sus visitas le facilitaba revistas y hablaban de su situación en la cárcel. También admitió que le ayudó a pagar su tratamiento dental y que lo hizo a través de la Asociación de Ayuda al Pueblo Palestino. Una ayuda que se limitó a Benesmail porque, como reconoció, fue el único preso al que visitó en prisión. Comenzó su declaración explicando que no pertenece a ningún cuerpo o fuerza de seguridad del Estado. Uno de los abogados de la defensa le preguntó si tenía funciones de seguridad dentro del PSOE asturiano. Su respuesta fue que simplemente es "afiliado de base" del PSOE en Gijón y que nunca ha desempeñado tareas de seguridad. En este punto, el letrado le ha preguntado si su pertenencia al PSOE condicionaba su testimonio. La sorprende respuesta ha sido "no lo sé".

Posteriormente declaró Rabia Gaya, que también dijo no pertenecer a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Como Huarte, del que se dijo amigo, explicó que no ha desempeñado labores de seguridad para el PSOE. A través de este partido conoció a Huarte y con él colabora en la organización de actos como voluntario. Poco aportó este testigo, que dijo no pertenecer a la Asociación de Amigos del Pueblo Palestino ni tener conocimiento de que Huarte visitase a Benesmail en prisión. De esta relación, explicó, nunca le habló su compañero de partido.
Y vinculado con Allekema Lamari ha comparecido otro testigo, también relacionado con la política, en este caso con el PP. Se trata de Vicente Ibor Asensi, un abogado que defendió a Lamari tras su detención, en 1993. El argelino recurrió a él también cuando salió de prisión, en junio de 2002, aunque el letrado ha dicho que sólo lo vio en una ocasión.

Ibor Asensi también defendió a Said Chedadi, condenado como miembro de la célula española de Al Qaeda. El abogado fue edil del Partido Popular en el municipio valenciano de Paiporta. Actualmente, es militante del partido, cosa que, según ha asegurado, "no condiciona" su testimonio.

Extraido del periódico el Mundo, el País y Libertad Digital

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