Su relato, largo y plagado de detalles, ha ilustrado al tribunal sobre cómo él mismo, con sus hombres y con la ayuda del jefe de la Unidad de Apoyo Operativo (UCAO), Enrique García Castaño, dio con el piso de Leganés entre el 2 y el 3 de abril de 2004 y con la finca de Morata de Tajuña el 25 de marzo.
Sin embargo, nadie de su propia unidad le avisó de que había otra búsqueda paralela de la finca de Morata de Tajuña con las indicaciones dadas por Emilio Suárez Trashorras, que había revelado la existencia de dicha finca el 17 de marzo, según los agentes de UCIE, UCI y CNI que le entrevistaron y que han declarado en el tribunal. El último en referir esto ha sido, precisamente hoy, el agente del CNI Santiago Díaz.
En cualquier caso, aquella búsqueda fue infructuosa y la que dio resultado fue la emprendida por Gómez Menor a partir de las llamadas de teléfono móvil detectadas en el repetidor de Morata de Tajuña. Por su conocimiento de la célula española de Al Qaeda (ya había sido detenido Abu Dahdah y otras personas relacionadas con él), recordaba que alguien vinculado a esta red tenía una casa en Morata, pero no recordaba quien. Dieron con esa persona el 25 o 26 de marzo, cuando el registro de la propiedad le mandó una relación de los propietarios de la zona. Uno de ellos era Nayad, la esposa del islamista detenido 'Abu Nidal' (compareció la semana pasada). Por esa casa había pasado Mustafá Maymouni y el actual inquilino era Jamal Ahmidan 'El Chino'.
El día 19 de marzo, en el que 'El Chino' estuvo allí celebrando el Día del Padre con su familia, Gómez Menor y sus hombres estuvieron rastreando todas las fincas de la zona buscando personas de origen árabe, pero no dieron con ellos. El responsable de la UCIE se ha jactado de los esfuerzos que hicieron para obtener alguna información relevante.
Pero de lo que más se enorgullece Rafael Gómez Menor es del hallazgo del piso de Leganés en el que se escondían algunos de los terroristas. Entre los 230 números de teléfono que la policía tenía para investigar, él se fijó en uno que variaba tan sólo en 12 números correlativos del teléfono de la esposa de Said Berraj, investigado por él en el pasado y huido de su domicilio el 12 de marzo. Si el de Berraj era 645658507, el número sospechoso ahora era el 645658495. "Le di mucha importancia a ese número". El policía dejó a todos asombrados con su mermoria.
En realidad, todo esto ya lo había contado ante el tribunal Santiago Cuadro, jefe de la UCAO, pero no con tanto detalle y tanto entusiasmo como Gómez Menor. "Recuerdo la obsesión, el miedo a que nos colocaran otra bomba", decía rememorando la mañana del 2 de abril, cuando descubrieron la bomba en la vía del AVE.
Aquella mañana le entregaron el listado de llamadas mantenidas por ese número. Casi todas eran con locutorios, pero la última era con un teléfono fijo de San Cristóbal de Los Ángeles (Madrid).
Dos agentes, de quien ya llevaba preparados su número y rango, fueron a visitar a este hombre con el cuento de que investigaban algo sobre la residencia de extranjeros en nuestro país. Allí no vivían extranjeros, pero les habló de que el 1 de marzo había alquilado un piso de Leganés a unos árabes, que habían entrado a vivir el día 8 (tres días antes del atentado) y que los había llamado varias veces, pero no lograba contactar con ellos.
"No tenía ninguna duda. Tenía que ser el piso de seguridad de los terroristas", ha afirmado con tono de gesta. "A las 15 horas 11 minutos 1 segundo" (se ha jactado de recordar ese tipo de detalles), llamó a su superior, comisario jefe de la UCIE, Mariano Rayón y le dijo: "Acabo de descubrir el piso de los terroristas".
Mariano Rayón ha confirmado después esta información, aunque no ha sido tan preciso con la hora. Sólo ha dicho que estaba comiendo.
Lo siguiente ya fue el reconocimiento de la zona y la preparación del dispositivo de vigilancia frente al piso, la huida del procesado Bouchar, los cánticos, los gritos, los disparos, la intervención de los Geo y la explosión. Todo ello ha sido descrito ya varias veces por otros testigos.
El jefe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, Félix Hernando, también ha declarado como testigo en el juicio del 11-M por su papel en la investigación infructuosa del tráfico de explosivos en 2003.
El hoy procesado Rafa Zouhier facilitó una información en marzo de 2003 sobre la actividad delictiva de Antonio Toro y Emilio Suárez Trashorras: buscaban comprador para 150 kilos de dinamita.
Con esta información, el agente que lo controlaba, 'Víctor' (que declaró ante el tribunal hace un mes) elaboró una nota informativa el 6 de marzo que quedó en el olvido. Ni habló de ella al juez instructor de la investigación, Juan del Olmo, ni a la comisión parlamentaria. Tampoco lo hizo Félix Hernando ni el comandante Francisco Javier Jambrina, que había recibido copia de la nota por envío de 'Víctor'.
Según dijo Félix Hernando en la comisión del Congreso de los Diputados, el único informe que existió sobre el tema está fechado el 27 de febrero de 2003 y en él da cuenta de la actuación de la UCO al respecto, dice que se le ha puesto fin y que la investigación queda en manos de la comandancia de Asturias porque los sospechosos sólo actúan en ese territorio y no en el resto de España. (Eso, pese a que Zouhier había informado de que bajaban al sur de España a comprar hachís).
"Ellos siguieron trabajando en la investigación. Me consta que así lo hicieron. Si hubiera habido necesidad de apoyo de la Unidad Central, la habríamos dado", ha alegado.
Este jueves, ante el tribunal, ha justificado que la nota del 6 de marzo era una mera "ampliación" del informe y por eso no la mencionó en ningún momento. Era en esa nota en la que se hablaba de los 150 kilos de explosivo y no en el informe del 27 de febrero.Hernando le ha quitado importancia a la información de Zouhier e incluso le ha restado credibilidad: "Todavía hoy tengo la duda de que esos 150 kilos de explosivos existieran alguna vez". Según el jefe de la UCO, no había forma de contrastar la información del confidente. La muestra de cartucho que proporcionó era "dinamita en mal estado" y una cantidad "insignificante".
"Alguien que dice tener 150 kilos de explosivo, no entrega esa muestra", interpretó el testigo. Aquella muestra se destruyó porque, según el tedax que la examinó, era "lo mejor" que podían hacer con ella.
Por otro lado, Hernando ha señalado que Rafa Zouhier no volvió a informar de los explosivos ni de Toro y Trashorras. No contó, por lo tanto, las reuniones que estos mantuvieron con Jamal Ahmidan 'El Chino', autor de los atentados que murió en el piso de Leganés.
Sólo después del 11-M, Zouhier informó de que conocía a uno de los sospechosos cuya fotografía había salido en televisión; facilitó la calle en la que vivía, pero la Guardia Civil no dio con él. Mientras tanto, el Cuerpo Nacional de Policía ya estaba buscando a 'El Chino' por la información que había facilitado Trashorras en Asturias.
En la comisión parlamentaria comparecieron responsables de la Guardia Civil de Asturias que señalaron se investigó a los señalados, pero no se encontró nada porque no había nada. En Asturias, no sólo constaba la información de Rafa Zouhier, sino la denuncia relizada por el confidente José Ignacio Fernández Díaz, alias 'Nayo'.
En el interrogatorio que Rafa Zouhier contestó ante el tribunal del 11-M, el acusado de colaboración con organización terrorista dijo: "No digo que la UCO tenga la culpa de los atentados, digo que hubo una gran negligencia".
El coronel jefe Hernando ha relatado, a preguntas de la defensa de Zouhier, Antonio Alberca, que después de que el ex confidente comunicara a sus controladores que había unas personas que ofrecían explosivos en Asturias y que vivían en esa provincia, lo comunicó a la Comandancia de la Guardia Civil del Principado, ya que consideraron que era competencia suya y no de la UCO.
Esto es así porque, según ha explicado, si la información que facilitó Zouhier hubieran sido "datos contrastados y consolidados" y "hubiéramos estado delante de una banda organizada, evidentemente sí hubiera entrado la UCO" pero al circunscribirse los datos a Asturias se decidió remitirlo a la Comandancia, lo que hizo a través de una nota informativa con fecha 27 de febrero de 2003.
No obstante, ha añadido Hernando, los controladores siguieron manteniendo contactos con el ex confidente y todos los datos que éste iba facilitando se mandaban a la Comandancia de Asturias. El testigo también ha relatado que mandaron, a través de un correo electrónico, una nota ampliatoria a la del 27 de febrero con fecha 6 de marzo. Preguntado si en algún momento ordenó al comandante de Asturias destruir esta última nota, Hernando lo ha negado rotundamente y ha dicho: "yo no ordené en ningún momento que se destruyera ningún documento, ni nota, ni correo, ni ordené a nadie que lo destruyera".
Al ser interrogado si él como experto en la lucha contra ETA pensó en algún momento que pudieran estar destinados los 150 kilos de explosivos a esa banda terrorista, Hernando aseguró que "ETA hasta el momento jamás ha utilizado medios entre delincuencia común para comprar explosivos. O los roba en los polvorines o los fabrica".
Sobre la muestra de explosivo que Zouhier entregó en febrero de 2003 a sus controladores, de la que el acusado les dijo se la habían dado Toro y Trashorras, Hernando ha recordado que era una "pequeña muestra" que entregaron a un TEDAX, quien les indicó que estaba en "mal estado" para analizarla y les aconsejó que "lo mejor era destruirla", lo que llevaron a cabo.
"Aunque hubieran existido esos 150 kilos parece que nunca fueron empleados en los trenes porque parece que se fabricaron más tarde", según Hernando, lo que fue matizado por el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, ante la pregunta de una de las defensas: "si queda demostrado que la dinamita que explotó en los trenes es de finales de 2003, según el testigo no puede ser la misma de la que habló Zouhier", ya que sus datos son de febrero de ese año.
Francisco Javier Jambrina, número dos de la Comandancia de la Guardia Civil Oviedo, ha declarado en el tribunal del 11-M sobre la nota informativa del 6 de marzo de 2003 emitida por la Unidad Central Operativa que hablaba de que Emilio Suárez Trashorras y Antonio Toro vendían 150 kilos de explosivos. Aquella información la había proporcionado el ahora procesado Rafa Zouhier.
La existencia de esta nota fue ocultada por parte del alferez 'Víctor', el controlador de Rafa Zouhier, y por parte del propio jefe de la UCO, Félix Hernando, que también ha declarado hoy ante el tribunal, ha restado credibilidad a la información de Zouhier y ha manifestado la duda de que existieran esos explosivos en 2003.
Según le contó Jambrina al juez instructor, Juan del Olmo, 'Víctor' le llamó el 26 de julio de 2004 para pedirle que destruyera aquella nota. Al día siguiente, no pensaba mencionar nada sobre ella en la Comisión Parlamentaria y quería eliminar pruebas. Este jueves, Jambrina ha vuelto a afirmar que 'Víctor' le telefoneó para pedirle que destruyera la nota y que no le dio ninguna razón.
En aquella conversación de 26 de julio de 2004, tras negarse a la petición que le hacía, ambos tuvieron unas palabras: "Le empecé a rajar que la UCO se estaba desentendiendo del asunto y del desagravio que sentíamos".
Anteriormente, se había comunicado con él por correo electrónico el 12 de marzo de 2003. Fue en esa fecha en la que 'Víctor' le había remitido la nota fechada el día 6 que luego le pidió eliminar.
Y antes, hablaron en el mes de febrero, cuando 'Víctor' llamó para comentarle que Zouhier había conseguido una muestra del explosivo que decía que le habían proporcionado los asturianos. Al día siguiente, le telefoneó para decirle que habían tenido que destruir la muestra.
Otra afirmación de Jambrina que deja en evidencia a la UCO es que, según él, nunca les dijeron que la Unidad Central cerraba su investigación y se la traspasaba a Asturias, como ha asegurado de nuevo Félix Hernando.
Por otro lado, el entonces comandante intentó formar una comisión mixta con agentes de Gijón y de Oviedo para investigar el tráfico de explosivos, pero las pesquisas no dieron resultado. Además de la denuncia de Zouhier, tenían en cuenta la de otro confidente, José Ignacio Fernández Díaz alias 'Nayo', que había informado de que Toro y Trashorras presumían de venderle explosivos a ETA y de buscar a gente que supiera hacer bombas con teléfonos móviles.
Entre los testigos solicitados por el procesado Rafa Zouhier, este jueves también ha declarado Daylena, la tercera novia que comparece en el juicio, la única que sigue manteniendo contacto con él. Esta ha servido más de ayuda al acusado que las anteriores, ya que ha contado que su antigua novia, Ilenia, estaba furiosa con él y le había pedido a Daylena que hablara mal de él a la policía para que siguiera encerrado en prisión.
También se lo pidió Mario Gascón, amigo de Zouhier y también confidente de la Guardia Civil. Mario, que también estaba molesto con Zouhier por ser "un chivato", le dijo a Daylena que deberían ponerse de acuerdo en sus declaraciones a la policía.
Este viernes, la defensa de Rafa Zouhier seguirá interrogando a los testigos solicitados por él. El primero será Yassim, amigo del procesado. Y siguen las declaraciones, un verdadero laberinto. Terminó la sesión de hoy con las declaraciones de Abdelilah Ahmidan y de Antonio Pino Fonseca.
Extraido de el Mundo, el País y Libertad Digital.
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