A las 21:30 del 1 de mayo de 1945, Radio Hamburgo interrumpió su programa para dar la noticia. Tras escuchar unos trozos de ópera de Wagner y a los lentos acordes de la Séptima Sinfonía de Bruckner, una sonora voz anunció: “Nuestro Führer, Adolf Hitler, luchando hasta el último aliento contra el bolchevismo, cayó por Alemania esta tarde (fue la tarde anterior), en su cuartel general de la Cancillería del Reich. El 30 de abril (el testamento estaba fechado el día 29) el Führer designó al gran almirante Doenitz para ocupar su lugar. El gran almirante y sucesor del Führer va a hablar a continuación al pueblo alemán”.
Doenitz anunció oficialmente la noticia de la muerte del Fúhrer, que dio la vuelta al mundo como reguero de pólvora. Dijo que Hitler había caído “a la cabeza de sus tropas”, y que la tarea que a él, Doenitz, le incumbía, era la de “salvar a los alemanes de la destrucción que implicaba el avance del enemigo bolchevique”.
De todas formas fueron pocos los berlineses que oyeron la noticia a causa de los cortes de corriente eléctrica. “Se informa del Cuartel General del Führer que nuestro Führer, Adolfo Hitler, ha caído esta tarde en su puesto de mando de la Cancillería del Reich, luchando hasta el último aliento contra el bolcheviquismo y por Alemania”. Con estas palabras anunció la radio de Hamburgo la muerte de Hitler. “El 29 de abril -agregó la Radio alemana- el Führer nombró al gran almirante Doenitz su sucesor. El nuevo Führer va a hablar al pueblo alemán”. Alocución del sucesor del Führer. “El pueblo alemán se inclina reverentemente ante Adolf Hitler” – “Mi primera misión es salvar al pueblo alemán de ser aniquilado, adelantándonos al enemigo comunista” – “Nuestra lucha militar continúa con este objetivo” – “Conservad el orden más perfecto y la disciplina más estricta en las ciudades y en el campo”.
“Hombres y mujeres alemanes, soldados de las fuerzas alemanas: Nuestro Führer, Adolfo Hitler, ha caído. Con profundo sentimiento, el pueblo alemán se inclina reverentemente ante él. Él se dio perfecta cuenta del peligro terrible hace ya mucho tiempo y dedicó, desde el primer momento, todo su ser a la lucha entablada contra el peligro.
El final de todo ello, de su misma lucha y de su camino nunca quebrado, ha sido su misma muerte heroica en la capital del Reich.
Su vida no fue más que el simple servicio a Alemania. Su acción luchando contra el comunismo fue más allá para defender a Europa y para defender a todo el mundo civilizado. El Führer me ha nombrado sucesor.
Perfectamente consciente de esta responsabilidad me hago cargo de la jefatura del pueblo alemán en estos graves momentos que nos ha fijado el Destino. Mi primera misión es salvar al pueblo alemán de ser aniquilado, adelantándonos al enemigo comunista. Nuestra lucha militar continúa con este objetivo. Como los británicos y norteamericanos nos estorban al conseguir este fin, lucharemos y nos defenderemos también contra ellos. Británicos y norteamericanos continuarán entonces la guerra no en interés de sus propios pueblos, sino que lo único que conseguirán es aumentar la extensión del bolcheviquismo en Europa.
Lo que el pueblo alemán ha conseguido y sufrido en esta guerra es único en la Historia.
En los tiempos venideros, de angustias para nuestro pueblo, haré todo lo que esté a mi alcance para crear unas condiciones de vida soportables para nuestras valientes mujeres, hombres y niños. Para conseguir esto necesito vuestra ayuda. Dadme vuestra confianza, puesto que vuestro camino es también el mío. Conservad el orden más perfecto, la disciplina más estricta en las ciudades y en el campo.
Que cada uno cumpla con su deber y sólo así podremos mitigar los sufrimientos que el futuro nos depare a cada uno y podrá evitarse el derrumbamiento.
Si hacemos todo lo que esté en nuestro poder, Dios no nos abandonará”.La guerra en Europa, había llegado a su fin. Adolfo Hitler, a los diez días de haber cumplido 56 años, había dejado de existir...
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