viernes, 3 de julio de 2009

U2.Segundo concierto en Barcelona.

Un estadio a rebosar de fieles. Parecía más bien una ceremonia cuasi religiosa o pagana, como se quiera. Un estadio entregado a Bono, maestro de ceremonias, que lo domina todo y al que la gente reverencia como un mesias. Ese papel lo desempeña como nadie. No es de extrañar que opte al premio nobel de la paz.
Si hablamos del concierto debo expresar que ocupa un papel tan destacado el entramado técnico - tecnológico que apenas hay espacio para la improvisación. Está todo demasiado programado, se nota demasiado. De otro lado hay algo que sigo sin entender. Con la de avances tecnológicos puestos a disposición de los grandes grupos, U2, debe de ser de los más grandes, como todavía en estos grandes conciertos no se consigue equilibrar bien el sonido. En particular el de la voz. Cuando suena la banda a todo meter la voz de Bono queda solapada, eclipsada, lejana, casi inaudible.Me parece una carencia, una limitación que rebaja en gran medida la calidad del espectáculo. Cuando enfrentan baladas la cosa cambia, la voz irrumpe con vigor y se aprecia mucho mejor el conjunto de la banda. Entiendo que subir el volumen hasta convertir el sonido en un estruendo no es la solución. Sin embargo parece que es este el camino que se sigue desde la mesa de sonido, subir y subir el volumen del conjunto hasta el exceso buscando compensar ese desequilibrio entre instrumentos y voz humana.
Con todo, un concierto que cumplió las expectativas. Momentos muy buenos cuando al son de los clásicos de la banda, "Sunday Bloddy Sunday", "Pride", "Where the streets have no name", "Party girl", o "whit or whitout you", el público se agitaba en la pista, zona de cesped, como un acordeón, de manera sincopada y al ritmo marcado por Bono. El escenario impactante, hacía el camp nou pequeño cuando es un estadio que impresiona. La nave espacial, araña o lo que se quiera es espectacular. la idea de un escenaro circular, brillante. Permite un visionado casi perfecto desde todas las localidades, la pantalla de video, desde donde casi todo el mundo sigue el concierto salvo los valientes de las primeras filas, tremenda, con una nitidez magnífica. Con un montaje espectacular U2 cumplió con lo esperado. Mensajes de paz, solidaridad, reconocimiento de la amistad y amor, mucho amor. Muy bonito. Quizá ese sea uno de los secretos de la banda. Su mensaje más creible para unos que para otros pero que ahí está. Dos horas y diez minutos, bises incluidos, hasta 2 veces salieron que dejaron , había que ver las caras, completamente satisfecha a la parroquia de seguidores incondicionales de la banda irlandesa. El cierre de concierto me gustó mucho. Bono cantó y se le escuchó.

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