lunes, 20 de abril de 2015

INIMPUTABLE

Hay asuntos que debieran servir de trampolín para iniciativas que corrigieran de una vez por todas los disparates que saltan a la vista cuando ya son irreparables y como si de un cambio de paradigma se tratara, empujaran hacia una visión diferente y en consecuencia con una aplicación jurídica distinta desde ese mismo momento. Me refiero claro está, a lo sucedido esta mañana en Barcelona. Un joven de 13 años armado con una ballesta ha matado a un profesor y herido a tres personas más.
Un hecho de esos que calificamos de inimaginables, que dejan de serlo cada vez más deprisa y que despierta el interés de estudiosos de todas las ramas del conocimiento imaginables y que al final no aclaran nada. Confusión, lugares comunes y palabras huecas. En esa mente solo entra quien ya está dentro. Todos los demás, a observar. Y tratar de descubrir. ¿Qué?. Eso quisieran saber.
Adentrarse en este campo de especulación no es el motivo de este apunte. Vamos a lo concreto y de vuelta al principio. Este este joven de 13 años es INIMPUTABLE. O lo que es lo mismo, aquel que no es responsable de un ilícito, en este caso penal, que cometió ya que no está en condiciones de comprender su modo de actuar o las consecuencias de este. Así queda dicho y muy claro el artículo 3 de la LO 5/2000 de 12 de enero reguladora de la responsabilidad penal de los menores. En el caso que nos ocupa la legislación aplicable será la de la LO 1/1996 de 15 de enero de protección jurídica del menor, de modificación del código civil y de la ley de enjuiciamiento civil.
¿Es correcto, justo, sensato, este resultado a fin de cuentas?. .............. ¿Puede ser inimputable, imposible de juzgar desde un punto de vista penal esta conducta?. Pues si. 
Las consecuencias para este joven se van a quedar en medidas de protección de menores previstas, atención a esto, en el CÓDIGO CIVIL y demás disposiciones vigentes.
En mi opinión, esto es un verdadero disparate. Es como si se estuviera invitando a los jovenes menores de 14 años, o a sus posibles inductores a cometer cualquier delito que se les ocurra antes de cumplir si puede ser, los catorce años.  Todos sabemos que siguen siendo niños pero saben muy bien lo que hacen, lo saben desde mucho antes. Es en casos como estos en los que hay que tomar la decisión de modificar aquello que la cruda realidad nos muestra de cuerpo presente como en este caso. No puede seguir siendo este país el quijote que siempre fue, tan garantista que rebasa en ocasiones lo absurdo. Esta es una de esas ocasiones, este hecho que demuestra una vez más que la ley está para cumplirla , desde luego que sí, pero no se puede mantener el principio del cumplimiento de la ley sobre una ley en si misma a todas luces, equivocada, sino injusta, y que solo por eso está en el deber de los legisladores, su modificación, derogación o lo que proceda. No más en el error. No es la única, desde luego. Si se trabajara más y mejor, quizá fueran las cosas diferentes. La ley es muy importante, pero mejor aún son las buenas leyes. El sentido común es uno, sino el más importante de los instrumentos de los que debe manejar un legislador. Sea.

No hay comentarios: