viernes, 30 de marzo de 2007
HOTELES CON HISTORIA. 3ª ENTREGA.GSTAAD, SUIZA.
jueves, 29 de marzo de 2007
EL ARTE DE SER FELIZ Y XXVI
- Poner una meta a nuestro deseos, frenar nuestras apetencias, domar nuestra ira, tener siempre en mente que el ser humano no puede alcanzar más que una mínima parte de todo lo deseable y que muchos males son inevitables: así podremos soportar y renunciar.
JUICIO 11 - M SUMARIO 20 /04 VIGESIMOPRIMERA SESIÓN.
Según Trashorras, este comentario fue realizado por 'El Chino' en una conversación telefónica en la que se despidió del ex minero diciéndole: "Si no nos vemos en la tierra nos vemos en el cielo".
Sin embargo, la opinión de este experimentado policía es que aquello era "una salida evasiva" de Trashorras en la conversación porque en ese momento estaban "acercándose" al tema de los explosivos y los detonadores de Mina Conchita.
En su declaración ante el juez, Trashorras explicó que 'El Chino' le dijo que habían detenido a dos "amigos" suyos. "¿Los que salieron en la tele?", preguntó el procesado, a lo que Jamal Ahmidan respondió afirmativamente. El ex minero, según ha relatado, comunicó esto a la policía, ya que era "colaborador de las fuerzas de seguridad". Los agentes le dijeron que "ETA no trabajaba con traficantes, que era imposible esa relación". El acusado alegó que pudo interpretar mal la conversación con 'El Chino' y que por eso ese testimonio no lo repitió en las declaraciones judiciales posteriores.
Parrilla ha afirmado que realizó un informe de todas las conversaciones con Emilio Suárez Trashorras aquel día en el que, según declaró ayer a su compañero de la UCII, acabaron viendo un partido de fútbol en un restaurante. Cuando el tribunal le ha enseñado un informe supuestamente escrito por él, el testigo ha negado que fuera suyo. En ese informe que figura en el sumario no aparece la alusión a los etarras de Cañaveras.
Aquella conversación larga e informal, sin abogado alguno de por medio, empezó a las 12.00 del día 17, según este agente (su compañero de la UCII dijo que a las 13.30). Llegaron a Avilés atraídos por una tarjeta de teléfono móvil expedida allí a nombre de Carmen Toro Castro y que había "saltado" en la antena de Morata de Tajuña, es decir, que había tenido contactos con un teléfono de la zona.
En la comisaría de la Policía, se encontraron con el jefe de Estupefacientes, Manuel García Rodríguez 'Manolón', que declaró este lunes ante el tribunal. Él les habló de José Emilio Suárez Trashorras, un colaborador suyo que creía que los marroquíes con los que el traficaba hachís estaban implicados en los atentados. ("Esto es cosa de moros", le había dicho Trashorras a Manolón). Llamaron al ex minero y se personó a los 15 minutos: "Cuéntele a estos señores lo que me has contado a mí".
Les contó que "llevaba tiempo trapicheando con ellos" y que estaba convencido de su participación en los atentados por una discusión que tuvo su mujer, Carmen Toro, con Jamal Ahmidan en Madrid (en un McDonald's del barrio madrileño de Moncloa) a mediados de febrero, cuando la pareja regresaba de luna de miel en Canarias. Al parecer, 'Mowgli' (como Trashorras llamaba a Jamal) defendió el ataque a las Torres Gemelas y esgrimió que son "el Ejército más poderoso del mundo".
'Cariño, déjame al margen'
El policía dice que se dio cuenta de que la mujer de Emilio era la Carmen Toro Castro de la tarjeta telefónica interceptada. Una vez en Avilés, supieron por sus compañeros de Madrid que en la noche entre el 28 y el 29 de febrero había 18 contactos entre el teléfono de Carmen y el teléfono de Morata en los alrededores de Avilés. "Salvo que tengáis contactos telefónicos en la cama, esa noche no habéis dormido juntos", les dijo Parrilla.
Entonces, ha relatado el testigo, Carmen Toro "se sentó en las rodillas de Emilio y le dijo: 'Cariño, di lo que tengas que decir, pero a mí déjame al margen'". Emilio se puso "muy nervioso" y espetó: "Qué ofrecéis, qué ofrecéis, que esto es un marrón muy gordo".
Después, contó que en noviembre de 2003 había viajado a Madrid y que había visto que Rafa (Rafá Zouhier) y 'Mowgli' tenían heridas en la cara y dijeron que "habían probado un detonador con una pila de teléfono móvil" y les había estallado. Sin embargo, a quien les explotó el detonador fue a Zouhier y su amigo Rachid Aglif, según ellos mismos y una testigo.
Según los agentes que hablaron con Emilio Suárez Trashorras y que han declarado en el juicio, el ex minero les contó que un día de octubre de 2003, animado por el alcohol, había llevado a los marroquíes a la Mina Conchita en la que había trabajado y que pensaba que podían haberse aprovechado de eso.
Respecto a la relación con los marroquíes, Trashorras declaró que conoció a Rafa (Zouhier) durante la estancia de éste en la cárcel asturiana de Villabona junto al cuñado del ex minero, Antonio Toro Castro. A través de Rafa, conoció a 'El Chino' ('Mowgli'). Si Emilio quería hachís, se lo pedía a Rafa y éste se lo decía a 'Mowgli'.
El agente de la UCIE ha insistido, como su compañero de la UCII, en aquello no fue un interrogatorio, sino una conversación, una entrevista. Al día siguiente, los policías detuvieron a Emilio Suárez Trashorras por órdenes recibidas desde Madrid.
El policía ha negado que conociera a 'El Tunecino' antes de los atentados y dice desconocer si alguno de sus compañeros lo conocía. Sin embargo, Cartegena, que era imam de la mezquita de Villaverde, aseguró que él había informado de Serhane y que, además, un día de 2003 vio cómo Serhane se entrevistaba con sus controladores de la UCIE.
Otros agentes de la misma unidad sí admitieron ante el tribunal conocer a 'El Tunecino' como un "islamista de nivel" con anterioridad al 11-M.
"¿Cómo habéis permitido esto con lo que yo os he contado?", le dijo Cartagena a Parrilla en referencia a los atentados, según ha declarado este último. Esto fue en el Parque Juan Carlos I de Madrid el 15 de marzo de 2004. El policía le dijo que entonces era el momento de buscar a los culpables y no de lamentarse. Aquella fue la última vez que Parrilla vio a su confidente, aunque éste sostiene que fue el 3 de abril y que le pidieron ir a Leganés, donde se suicidaron los terroristas.
Si no controlaba a 'El Tunecino', este agente si controlaba a Jamal Zougam, el propietario de la tienda de Lavapiés donde se vendieron las tarjetas de teléfono móvil usadas por los terroristas. Su vigilancia, por una supuesta vinculación con radicales e incluso con el atentado de Casablanca, se remonta a un año y medio antes del 11-M y la realizaba Cartagena, como también ratificó el confidente. Por eso, según el testigo de hoy, cuando la tarjeta de la bomba desactivada en Vallecas condujo a la tienda de Zougam, para él fue una pista clara de la autoría islamista.
Cuando el tribunal le ha mostrado las notas de la UCIE sobre el confidente Cartagena, el testigo ha negado que fueran sus notas y sus informes, aunque sí ha identificado como cierto el contenido de los mismos.
Por otro lado, el policía de la UCIE ha negado que alguien le hubiera informado alguna vez de que España fuera objetivo de atentados islamistas. Ellos investigaban el terrorismo de este tipo en España, pero pensaban que había sólo células de apoyo logístico para ataques en otros países y nunca que tuvieran capacidad o intención operativa aquí. Sin emabrgo, también ha reconocido que Cartagena les informó de que el procesado Mohamed Larbi ben Sellam había dicho que no había por qué hacer la yihad en Irak o Afganistán cuando se podía hacer aquí mismo, en Europa.
Preguntado si, por su experiencia, sabe de algún vínculo entre islamistas y ETA, ha respondido que no.
El hoy eurodiputado del PP se refirió a este informe en una entrevista en la cadena Cope en septiembre de 2006 y ha sido preguntado por ello por el abogado de la acusación de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M. De momento, tendrá que pagar una multa de 1.000 euros.
Gómez Bermúdez le ha advertido de que incurría en un delito si no divulgaba el nombre de esa persona, toda vez que el tribunal se lo ha pedido. El magistrado le ha instado a que escribiera el nombre del policía en un papel y que ya valoraría el tribunal si esa fuente es relevante y debe ser tenida en cuenta. Pese a ese gesto de discreción manifestado por Gómez Bermúdez, Díaz de Mera, que acusaba cierto grado de nerviosismo en su voz, ha insistido. "No escribiré ese nombre. Acepto las consecuencias".
Entonces, el magistrado le ha comunicado que el artículo 716 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal dice que "el testigo que se niegue a declarar" se enfrenta a una multa "inmediata" de 200 a 5.000 euros y, si persiste en su actitud será perseguido por desobediencia al tribunal enfrentándose hasta un año de prisión. El testigo ha insistido y el magistrado ha convocado un receso en el que ha procedido a imponerle una multa de 1.000 euros. Eran las 17.15 de la tarde.
Reanudada la sesión, la tensión ha ido 'in crescendo' entre el juez y el testigo. "Es una situación muy complicada para mí. Me siento profundamente identificado con el Cuerpo de Policía", ha dicho Díaz de Mera con la voz temblorosa, añadiendo después que su "fuente policial" es "acreditada y honesta" y que no podía revelar su nombre. "Aceptaré lo que haga este tribunal", ha manifestado apesadumbrado.
Javier Gómez Bermúdez le ha instado a hablar "con sus seres queridos" para reconsiderar su decisión puesto que tiene familiares en el Cuerpo. Ha tratado de convencerle de que divulgar el nombre de la persona no implica irremediablemente que se le vaya a molestar o a citar. "Le estoy rogando", ha llegado a decir el magistrado. "El problema es la situación en la que coloca a este proceso, ya de por sí complicado", ha agregado. Y ha añadido algo más inquietante: "Coloca en una situación absolutamente insostenible el proceso".
Pero él no se ha retractado. "Estoy absolutamente persuadido de que la fuente lo está escuchando, y más policías. Si ellos quieren dar el paso adelante, que lo den. Si tengo que decidir, prefiero que la responsabilidad caiga sobre mí a que caiga sobre él".
Y el juez le ha dado una nueva oportunidad: "Hable con su fuente si lo desea". A lo que Díaz de Mera ha contestado: "No sé si la fuente tiene el teléfono intervenido". Y ahí ha concluido la discusión.
El tribunal entonces ha deducido testimonio por desobediencia a la autoridad y ha remitido el caso a la sala de "Asuntos especiales" del Supremo, encargada de juzgar a personas aforadas como políticos, jueces y fiscales. Como es europarlamentario, se supone que el Tribunal Supremo debe mandar un suplicatorio al Tribunal de Estrasburgo y que esta instancia decida si procede o no procede imputarlo.
El polémico informe
Díaz de Mera denunció ante los micrófonos de la Cadena Cope que el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, hizo desaparecer un informe policial en el que se vinculaba a ETA con los atentados del 11-M. Afirmó que la Comisaría General de la Información poseía un informe sobre estas "conexiones".
"El informe al que yo me refiero es real y cierto -adujo-. Es un informe encargado por el comisario general de Información (Telesforo Rubio), es un informe elaborado por la UCI, es un informe ocultado al juez Del Olmo, es un informe que contiene indicios y pruebas de esas conexiones, de las conexiones con ETA en un número significativo y muy preocupante. Pero le voy a decir algo más, este informe tiene autores, un autor y una autora, y ese informe ha tenido que ser encargado por alguien, no creo que el comisario general, 'motu propio', haya encargado ese informe".
Lo que ocurre, según él y según añadió después, "es que los contenidos de ese informe no eran los esperados". Y continuó: "Las personas a las que se les encargó esto decidieron hacer éticamente un informe real y no aceptaron, sin ninguna duda, la orientación previa, la posible resultante final. Por eso ha desaparecido ese informe, por eso, señor Rubalcaba, no existe ese informe. Pero, claro, este informe no se ha escrito a boli, este informe seguramente está en algún ordenador y este informe, como yo confío mucho en la Policía, muchísimo, en la ética corporativa, confío mucho en los sindicatos...".
Después, añadió algo sobre la protección de sus fuentes: "Al Ministerio del Interior le pasa lo que a mi teléfono, que es un queso 'gruyere', y a través de los agujeros que tiene el Ministerio del Interior se cuelan las informaciones que derivan de las personas honestas y honradas y que no van a poder parar nunca. Así es que por eso hay que proteger a las fuentes. Son fuentes que están dentro, que son honestas, que están en contra de la ocultación de pruebas y que además temen purgas y temen al Código Penal. Creo que hay que ampararlos para que cuenten lo que saben y para que lo vayamos sabiendo".
LA ACTITUD DEL TESTIGO DE NO REBELAR SU FUENTE ME PARECE INTOLERABLE. NO HAY EXCUSAS. HABLAMOS DE 192 MUERTOS Y MÁS DE UN MILLAR DE HERIDOS. SI HA DE CONOCERSE LA FUENTE PARA ALCANZAR LA VERDAD MATERIAL DEBE HACERSE. MARIANO RAJOY DEBIERA LLAMAR A CAPÍTULO A ESTE SEÑOR Y HACERLE VER EL DEBER QUE TIENE DE FAVORECER EL ESCLARECIMIENTO DE ESTOS HECHOS SI LO QUE CONOCE ES DE VERDAD RELEVANTE; ESTO NO PUEDE QUEDAR ASÍ. DE LO CONTRARIO ESE TESTIMONIO SE CONVIERTE EN UNA AFRENTA Y UN DEVIENE EN UN COMPORTAMIENTO RASTRERO E INDIGNO PRIMERO DE UN REPRESENTANTE PÚBLICO ELEGIDO POR EL PP CUANDO ESTABA EN EL PODER, Y EN SEGUNDO LUGAR EN SU CONDICIÓN DE ACTUAL EURODIPUTADO DEL PP EN EL PARLAMENTO EUROPEO. EN DEFINITIVA, UNA VERGUENZA QUE DEBIERA CONDUCIR DE MANERA AUTÓMATICA AL CESE. UNA BURLA. "TIRAR LA PIEDRA Y ESCONDER LA MANO". PENOSO. VERGONZANTE. SERÍA DESEABLE UNA RECTIFICACIÓN. ¿SE DARÁ?. MUCHO ME TEMO QUE NO. ¡QUE PAIS!. QUE DOLOR ME CAUSA ESPAÑA. QUE DOLOR.
JUICIO 11 - M SUMARIO 20/O4 VIGÉSIMA SESIÓN
El policía ha insistido, tras su declaración del lunes a la fiscalía, en que no sabía nada de "los moritos". Admite que Emilio le contaba que hablaba con algunos, invitaba a su boda a otros, pero no sabía si siempre eran los mismos u otros. El procesado también le había dicho una vez que "los moritos" iban a Pontevedra "a cambiar el hachís por cocaína y hacían la ruta del norte". Pero no volvió a hablarle de la actividad de estas personas, según ha asegurado. Preguntado por qué no intervinieron, ha respondido que estaban "esperando a que Emilio dijera algo. Él se hacía de rogar y de repente decía algo".
Sin embargo, luego ha tenido que admitir que Suárez Trashorras le dijo en diciembre que "los moritos" iban a ir a Asturias y que, si quería, él iba de lanzadera para que pudieran detenerlos. Trashorras lo declaró así y también afirmó que 'Manolón' le había dicho que esperara, cosa que él no comprendía. El policía asturiano ha precisado que Emilio no dijo el día concreto que iban a aparecer por Asturias y que, por lo tanto, había que esperar y avisar a la fiscalía para poder intervenir. El testigo ha asegurado que "no tenía ninguna noticia de que ningún morito viniera a Asturias", pese a que luego los vio con su informador.
En cualquier caso, 'Manolón' ha reconocido que "al tráfico de hachís no se le hace mucho caso". Hachís era lo que vendía 'El Chino', al margen de que lo cambiara por explosivos.
Fue en Avilés, el 17 de marzo, a través del ahora procesado Emilio Suárez Trashorras, quien insistió en que "había unos moros en Madrid que podían tener relación" y puso a la policía tras la pista de la finca de Morata de Tajuña.
Este agente, especialista en terrorismo de ETA, que habló con Trashorras durante varias horas en reuniones informales, con partido de fútbol incluido, ha asegurado que el ex minero no les habló de la posible relación entre 'El Chino' y la banda terrorista ETA.
Según sostiene el procesado, les contó que Jamal Ahmidan le había dicho que los etarras detenidos en Cañaveras el 29 de febrero con una furgoneta cargada con 500 kilos de explosivo eran "amigos" suyos. El policía lo ha negado: "En ningún momento" Trashorras les comentó nada de eso. Claro, que después ha precisado que la entrevista no se producía a puerta cerrada y que él salía a veces, como salían otros mientras él estaba. El propio Trashorras se fue a comer y regresó después.
La 'caravana de la muerte' es como se llama a la furgoneta interceptada a los etarras Gorka Vidal e Irkus Vadillo 11 días antes de los atentados. Estos dos miembros de ETA, condenados recientemente, están llamados como testigos en el juicio a petición de las acusaciones constituidas por AVT y la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M y de la defensa de Jamal Zougam
Ahora, hay que esperar a ver qué declara sobre ello el agente de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) que también estaba presente en la entrevista a Trashorras y que declara a continuación.
ETA y los islamistas 'operativamente reacias'
Por otro lado, el tribunal del 11-M pidió al Gobierno que desclasificara los papeles del CNI que registran estas conversaciones. Preguntado por un abogado de la acusación si recibió instrucciones del Ministerio del Interior para que dirigiera la investigación hacia ETA, el testigo ha dicho que no.
Sobre la reaparición de ETA en el juicio, cabe destacar un último detalle de la comparecencia de este comisario de la UCII. El abogado defensor de Jamal Zougam y Basel Ghalyoun, José Luis Abascal, le ha preguntado si sabía si ETA había participado en el atentado islamista contra el World Trade Center de 1993. La sorpresa ha sido inevitable y el juez ha intervenido para decir que no se juzgan esos hechos.
Entonces, Abascal ha insistido preguntando al testigo si sabía si ETA proporcionó los pasaportes falsos a los terroristas de aquel atentado. El testigo ha respondido que no tenía información sobre ese atentado.
El agente de la UCII ha relatado cómo dieron por casualidad con Emilio Suárez Trashorras en Avilés y cómo acabaron con él cenando y viendo el fútbol mientras les contaba cosas de Jamal Ahmidan 'El Chino', fallecido en Leganés, y el procesado Rafá Zouhier.
Junto con otro compañero de la UCII y un miembro del CNI, llegó a Asturias el 16 de marzo siguiendo la pista de los detonadores y el trozo de cartucho encontrado en la furgoneta de la Renault Kangoo aparcada en Alcalá de Henares. Fueron a la empresa propietaria de este material, Caolines de Merillés. La UCII sólo se quedó con los nombres de mineros que "no tenían, por así decirlo, pedigrí".
Al día siguiente, 17, los policías fueron a Avilés y en la comisaría de la Guardia Civil, el testigo dice que se encontró con el jefe de Estupefacientes, Manuel García Rodríguez 'Manolón', que ha declarado también esta mañana ante el tribunal.
'Manolón' les dijo que tenían que hablar con una persona "que estaba emperrao en que unos moros de Madrid podían tener relación con los atentados". Aceptaron porque "no había nada que perder".
Su declaración ante el tribunal detalla la noche de mediados de febrero en que acompañó a Trashorras y Jamal Ahmidan 'El Chino' varias veces a Mina Conchita a robar explosivos.
El 26 de febrero de 2004, Emilio lo llamó para ir a la mina. Con él estaba Jamal Ahmidan 'El Chino', al que Trashorras llamaba 'Mowgli', y otros dos "moros". Según la fiscalía, esos dos eran Abdenabi Kounjaa y Mohamed Oulad Akcha, que fallecieron junto a 'El Chino' en el suicidio colectivo de Leganés del 3 de abril. Tras los atentados, 'El Gitanillo' identificó al tal 'Mowgli' como Jamal Ahmidan. También era el hombre al que le entregó en Madrid una bolsa con 15 kilos de explosivos.
Según su relato, Emilio y Gabriel fueron a la Mina Conchita, pararon el coche delante de la barrera, Emilio se bajó del coche y un poco más adelante se reunió con unos hombres que vestían "mono azul de trabajo".
Al regresar, manifestó: "Esto ya está hecho". El testigo no le preguntó qué. Precisamente, en la sesión de la tarde, declaró ante el tribunal un picador de Mina Conchita que señaló que se ponían el "mono azul" para trabajar.
Posteriormente, el día 28, fueron a la mina con "los marroquíes". "Nosotros fuimos en un Toyota Corolla y los otros en un Golf negro", ha descrito. Estaba atardeciendo. Él se quedó en el Toyota, y Trashorras y 'El Chino' se bajaron y se adentraron en el monte. Regresaron a los tres cuartos de hora y oyó decir a Trashorras que le decía a 'El Chino' "que no se olvidara de las puntas y los tornillos".
"Volvimos a la mina. Yo fui con 'Mowgli'". El testigo volvió a quedarse en el coche, esta vez un Ford Escort blanco, al otro lado del puente que precede al camino hacia la mina. Ellos se adentraron monte arriba con las mochilas. Bajaron al cabo de hora y media "con las mochilas llenas".
Regresaron a Avilés, al garaje de Emilio Suárez Trashorras; descargaron las mochilas y metieron los explosivos en bolsas de basura. Entonces, ellos, los visitantes volvieron a ir a la mina, pero se perdieron, así que Emilio y Gabriel fueron a buscarlos a un pueblecito, desde el que regresaron a Avilés, antes de emprender un nuevo viaje.
El tercer viaje fue con éxito. 'El Gitanillo' acompañó a los extranjeros. Emilio se quedó en Avilés. Procedieron de la misma manera. Entraron con las mochilas vacías y salieron con ellas llenas. Después, descargaron de nuevo en el garaje y se fueron a desayunar. Fin de la operación: a las nueve de la mañana. Ent total, según la investigación robaron algo más de 200 kilos. Un detalle: Emilio Suárez Trashorras se cuidó de no acompañar a 'El Chino' en ninguno de los viajes del robo.
La fiscal le ha planteado a Gabriel Montoya si no le preguntó a Emilio Suárez Trashorras por qué les facilitaba explosivos a "los moros". "Me dijo que era para robar joyerías, para reventar escaparates", ha respondido.
Después de los atentados, ha señalado el testigo, Emilio le dijo: "Menuda la que armó el 'Mowgli'".
Por lo visto, Trashorras no ocultó en ningún momento que sabía (por conocimiento o por deducción) que 'El Chino' había participado en los atentados de Madrid. El mismo día 12 de marzo, le dijo al inspector de la Unidad de Estupefacientes 'Manolón': "Esto es cosa de moros".
Los viajes del 'Gitanillo' a Madrid
La mano derecha de Trashorras en el robo y traslado de explosivos tenía 16 años entonces. No sólo hizo de 'taxista' para llevar a 'El Chino' a la mina y fue testigo mudo de la carga y descarga de Goma 2. También la trajo a Madrid sin mediar palabra y sabiendo lo que llevaba.
El primer viaje lo realizó a finales de enero. Viajó en un autobús Alsa por la noche y llegó a Madrid por la mañana. Llevaba una bolsa de deportes con unos 15 kilos de explosivos. Una vez aquí, llamó por teléfono a un hombre que después identificó como 'El Chino' y le entregó la bolsa. Trashorras le pagó 1.000 euros.
Asegura que no entonces no sabía lo que transportó en aquella bolsa, pero que lo supo al día siguiente, cuando se lo dijo su amigo Iván Granados. ¿Por qué lo sabía Iván Granados? "Él había ido con Emilio a buscarlos a una mina", le dijo. En su interrogatorio, el procesado Iván Granados reconoció esto mismo y declaró que Trashorras le había propuesto el transporte a Madrid, pero él se negó.
Lejos de distanciarse de Trashorras, Gabriel Montoya fue su cómplice y su colaborador en todo el robo de explosivos de finales de febrero relatado anteriormente. Y aún más. El 4 de marzo, realizó una nueva entrega de explosivos en Madrid.
Una mina 'fácil'
En la sesión de este martes, dos mineros han prestado testimonio sobre cómo trabajaban en Mina Conchita y han dejado clara la facilidad que los trabajadores podían tener para haberse llevado explosivos. Ramiro y Gonzalo López han declarado que, cuando llegaban a la mina por la mañana, se cambiaban de ropa en la caseta que hay tras cruzar la barrera (se ponían el "mono azul").
Después, cogían las llaves de los minipolvorines y subían a la mina, de donde cada uno cogía los explosivos que quería o creía que necesitaría para barrenar los "tajos" del día. Abrían el minipolvorín, cerraban y dejaba las llaves allí para el siguiente. Solía sobrar, quizá dos o tres kilos, ha dicho Ramiro. Después, daban cuenta de lo que habían cogido al procesado Emilio Llano, vigilante de la mina, que se lo descontaba a cada trabajador de su nómina a final de mes. "Emilio se fiaba", ha declarado Ramiro. (El mundo. es ) . Fuente.
Así lo ha visto LD. Además de la segunda parte de la declaración de "Manolón", la vigésima sesión del juicio por el 11-M dejó el testimonio del comisario de la Unidad Central de Información Interior (UCII) que participó en la investigación sobre el origen de los explosivos utilizados en los atentados. Casi todas las acusaciones se esforzaron, sin éxito, en que descartara la participación de ETA. Lo único que dijo fue que no recibió órdenes del Ministerio del Interior o de la Dirección de la Policía para orientar las pesquisas hacia la banda terrorista. El presidente del tribunal reprendió a un abogado que pretendía establecer la responsabilidad de Ángel Acebes: "Que yo sepa el ex ministro no está procesado", le aclaró.
Antes, Manolón, ex jefe de estupefacientes de la Comisaría de Avilés, que nunca conoció los planes de "los moritos" y que el ex minero Suárez Trashorras sólo era un colaborador "ocasional" a "cambio de nada" que se dedicaba a controlar a su controlador. Además, quedaron en evidencia sus lagunas con los reiterados "no me acuerdo". Entre lo más llamativo de la declaración, que reconoció que no hizo nada cuando su confidente le entregó una documentación falsa de uno de "los moros" y que "al trafico de hachís no se le tiene mucho en cuenta".
Por la tarde declaró el dueño de la empresa de construcción en la que trabajaba el acusado Saed El Harrak. Confirmó ante el tribunal del 11-M que en la bolsa que el procesado utilizaba para trabajar no apreció ningún sobre, como había adelantado El Mundo. Ni la Policía que inspeccionó esa bolsa ni la Policía Científica vieron ese manuscrito que la versión oficial presenta como el testamento de Kounjaa, muerto en Leganés. El propio El Harrak también negó en el juicio que le hubieran entregado esa carta.
Los testimonios de los mineros que trabajaron en Mina Conchita no coincidieron. Uno declaró que "casi" todos los mineros podían utilizar explosivos y detonadores y reconoció que "todos" tenían acceso a las llaves que abrían los minipolvorines. Otro, que había que conocer mucho la mina para localizar dinamita o detonadores, si bien reconoció que era factible sacar explosivos. También declaró el encargado de seguridad de la empresa "Canela de Seguridad", la distribuidora de los explosivos y detonadores a Mina Conchita, que explicó que la Guardia Civil vigila cada día la operación de carga del explosivo y son los agentes quienes tienen las llaves de los polvorines y los abren.
En una declaración totalmente dirigida por la fiscal Olga Sánchez, Gabriel Montoya Vidal, "El Gitanillo", confirmó que cuando acompañó a Suárez Trashorras, a "El Chino", conocido también como "Mowgly", y a dos personas más de raza árabe hasta la mina donde —según dijo— cogieron explosivos, escuchó al ex minero decirle a "El Chino" que no se olvidara de coger "las puntas y tornillos, que estaban quince metros más adelante". En el momento de los atentados "El Gitanillo" era menor de edad. Fue acusado en 2004 de participar en el robo y transporte de explosivos desde Asturias a Madrid, donde supuestamente se los entregó a "El Chino". Pactó su castigo con la Fiscalía.
Suma y sigue. Ahí vamos, de carrerilla hacía el limbo judicial.
martes, 27 de marzo de 2007
HOTELES CON HISTORIA. 2ª ENTREGA. PARIS
lunes, 26 de marzo de 2007
JUICIO 11- M SUMARIO 20/04 DECIMO NOVENA SESIÓN
El testigo trabajó en la finca de Chinchón donde supuestamente se montaron las bombas utilizadas en el 11-M. El testigo ha declarado que el acusado de colaboración Abdelilah El Fadual El Akil fue quien le presentó a Jamal Ahmidan alias 'El Chino'.
El siguiente interrogatorio ha sido a Antolín Hidalgo Jiménez, policía que registró la finca de Albolote (Granada) que alquilaron dos de los suicidas de Leganés. Ha seguido Gonzalo Fernández Partido, administrador de la inmobiliaria que alquiló el inmueble, y después Agustín Heredia Moreno, que le vendió un coche a Mohamed Afalah, huido de España el 3 de abril los atentados y posteriormente dado por muerto en un atentado suicida en Irak.
Este testigo ha declarado que en marzo de 2004 se dedicaba a la compraventa de coches y vendió un Renault 19 blanco a una persona que para formalizar la venta le presentó un DNI del procesado Abdelmajid Bouchar.
También ha prestado declaración José Domingo Río, que en marzo de 2004 era director de seguridad de Amena, la compañía a la pertenecían las tarjetas usadas por los terroristas en los móviles con los que hicieron estallar los trenes y otras usadas por ellos y cuyo seguimiento sirvió para dar con ellos en Leganés. En preguntas al Ministerio Fiscal, ha dicho que ha recibido entre 90 y 100 mandamientos judiciales para el seguimiento de las llamadas efectuadas con los móviles implicados en los atentados.
José Domingo Río ha testificado además que un comisario de la Brigada General de Información le llamó para recabar información sobre la tarjeta encontrada en la mochila de Vallecas.
El siguiente en declarar ha sido el testigo protegido Ñ-88, relacionado con el caso por conocer a varios de los procesados por la trama asturiana de los explosivos.
Además, está previsto que declare hoy Félix Román Hidalgo, jefe del procesado no encarcelado Saed el Harrak.
Esta semana el juicio del 11-M se mete de lleno en la trama asturiana de los explosivos, con los testimonios de, entre otros, el jefe del Grupo de Estupefacientes de la Comisaría de Avilés, Manolo García 'Manolón', de quien el procesado Emilio Suárez Trashorras era confidente; y el también confidente Francisco Javier Villazón Lavandera, que informó a la Guardia Civil en 2001 de que Trashorras y su cuñado, Antonio Toro, traficaban con explosivos y buscaban quien supiera fabricar bombas con teléfonos móviles.
También prestará declaración Gabriel Montoya, condenado hace dos años, cuando aún era menor de edad, por haber llevado de Asturias a Madrid una bolsa llena de explosivos, que entregó a Jamal Ahmidan 'El Chino', uno de los organizadores de los atentados, un mes antes de
su ejecución.
Es probable que en la mañana dé tiempo a incorporar el primer testigo protegido
relacionado con la trama de explosivos, que declarará sobre el ex minero y jefe de la trama, Emilio Suárez Trashorras, para quien la fiscalía pide 38.670 años de prisión, y sobre Raúl González, artillero de Mina Conchita, de donde salieron los explosivos de los atentados.
Este último procesado, apodado 'El Rulo', declaró ante el tribunal que la Goma 2 ECO y la Goma 2 EC con la que se trabajaba en la mina estaban al aire libre y sin vigilancia, de manera que cualquiera que conociera la zona podría haber accedido a ellos. Está acusado de haber acompañado a Trashorras y a Jamal Ahmidan 'El Chino' hasta la mina la noche que se robó la mayor parte de los explosivos
Durante su interrogatorio, Emilio Suárez Trashorras negó haber robado explosivos, en contra de lo que sostuvo otro procesado, Iván Granados Peña, y el ya condenado Gabriel Montoya.
Suárez Trashorras, recientemente ha sido condenado por tráfico de drogas y explosivos en la 'operación Pipol', que le llevó a la cárcel en 2001; después, salió de prisión y se hizo confidente de la Unidad de Estupefacientes de la Guardia Civil, lo que, según declaró él mismo ante el tribunal, sirvió para desarticular varias redes de narcotráfico con éxito. Su controlador, con el que se veía todos los días en los bares, según afirmó él mismo y algún otro procesado asturiano, era el comisario Manuel García 'Manolón'. Trashorras también aseguró que tenía al corriente a 'Manolón' de la operación de compraventa de hachís que mantenía con Jamal Ahmidan 'El Chino' a finales de 2003; eso sí, sólo hachís y nada de explosivos, aseguró.
El confidente Lavandera
El comisario 'Manolón' también prestará declaración, aunque esto puede ser ya el martes, entre los testimonios de otros agentes de la Unidad de Estupefacientes de la Guardia Civil.
El testigo más esperado del día es Francisco Javier Villazón Lavandera, que fue confidente de la Guardia Civil en 2001 y entonces avisó de que Trashorras y su cuñado Toro trataban de vender 400 kilos de explosivos y buscaban gente que supiera fabricar bombas con teléfonos móviles,
como las del 11-M. Desde entonces, Lavandera ha tenido que afrontar un intento de asesinato, varias amenazas de muerte y el suicidio de su esposa. En declaraciones al diario EL MUNDO afirmó: "El 11-M se fraguó en los 'puticlubs' de Gijón". (agente Campillo, apartado del caso tras contacto con Lavandera).
Este lunes, otro testigo protegido hablará sobre Sergio Álvarez 'Amokachi', uno de los jóvenes del círculo de Trashorras que trajo a Madrid una bolsa con explosivos en un autobús de línea. Él asegura que creía que transportaba CD pirata en una caja rígida que iba metida a su vez en una bolsa de deportes.
Un testigo clave al final del día de hoy puede ser el imputado y no procesado Lofti Sbai, traficante de drogas, socio de 'El Chino' en esta actividad y amigo del procesado Rafá Zouhier, quien le ha acusado de haber facilitado armas a los terroristas del 11-M.
Una crónica aséptica, tal es el mogollón que supone este juicio. Anexo: cuestiones paralelas que quizá convergan. veremos. Texto referencia, Diario El Mundo.EL ARTE DE SER FELIZ y XXV
HOTELES CON HISTORIA (1ª entrega). LONDRES.
jueves, 22 de marzo de 2007
EL ARTE DE SER FELIZ XXII, XXIII y XXIV
Ministro Bermejo. CEMENTO Y DESVERGUENZA A PARTES =
JUICIO 11 - M SUMARIO 20/04 DECIMO OCTAVA SESIÓN
- Dijo que siempre "se ha identificado como policía" y que "no sabe" por qué no costa en el acta su condición de agente. Afirmó que trabajó en la UCIE hasta 1992 y que los policías que le llamaron a declarar lo sabían.
- Lo más destacable es que no aportó ningún dato, hablaba de oídas y no sabía nada porque "nunca" estuvo allí.
- Dice que tiene conocimiento de lo que sucede en Leganés sobre las 15.00 horas cuando estaba comiendo con el jefe de la unidad. Sin embargo, el jefe de los Tedax, Sánchez Manzano declaró que recibió una llamada al medio día en la que se le informó de una operación que se iba a producir "en un domicilio de Leganés".
- Recibió una orden de su jefe de ir a la calle Carmen Martín Gaite porque algunas de la tarjetas que se estaban investigando estaban activándose en ese lugar.
- Llegó a las 15.30 y ya había otra patrulla procedente de la comisaría de Canillas, pero no era de la UCIE.
- Vio a un terrorista, que identificó como Abdelmajid Bouchar, bajar la basura del piso de Leganés y le persiguió cuando huía. El terrorista corría "exactamente mucho".
- Recuperó la bolsa de basura de dónde se sacaron muestras de ADN para identificar a los terrorista.
- Declaró que a las 16.30 o 17.00 horas se empezaron a escuchar cánticos en un idioma que supuso era árabe.
- Vio asomarse a uno de los presuntos suicidas a una de las ventanas del primer piso
- Hizo una exhaustiva narración de cómo se investigó el terrorismo islámico en Madrid. Participó en el reconocimiento del Skoda y llegó a Leganés tras la explosión. Se encargó de la instrucción de diligencias, la inspección ocular y de la recogida de vestigios. A nadie se le ocurrió preguntarle qué había recogido.
- Preguntado por cómo sabía que Ghalyoun celebraba reuniones en el piso de la calle Virgen del Coro y no estaba durmiendo contestó: "Lo estoy viendo desde fuera, la fuente de información es visual. No tengo la constancia exacta, deduzco que sí". El abogado le pregunta: "O sea que sólo perciben que hay grupos de gente hablando". "Exactamente", responde.
- Dice que la Brigada Provincial de Información anotó las matrículas de los coches estacionados en Alcalá de Henares donde apareció la Kangoo y donde meses después apareció el Skoda.
Jefe del Operativo Geo que intervino en Leganés
- Llegó a Leganés a las siete de la tarde.
- Declaró que el subdirector general del operativo de la Policía, Pedro Díez Pintado, le dijo que los terroristas del piso tenían explosivos.
- También le dijo Pintado que habían interceptado una llamada desde el piso en la que un terrorista decía a un familiar que "iba a morir".
- Vio en el sótano un inhibidor de frecuencias, pero no sabe a qué hora se colocó. "Lo coloca la Comisaría General de Información. Cuando nos aproximamos a la vivienda hay colocado un inhibidor". Los Bomberos ya habían cortado el agua, la luz y el teléfono.
- El vecino contiguo a la casa era policía y les ayudó a hacer un plano.
- "Nunca" tomaron la decisión de "entrar", sino que decidieron hacer salir a los terroristas con gases lacrimógenos tras estallar la puerta de entrada.
- Escucharon cánticos y "alaridos" en árabe.
- Los terroristas hablaron con ellos en español. Les ofrecieron un emisario y los policías exigieron que saliera "desnudo y con las manos en alto". Acto seguido se produjo la explosión.
- No grabaron la operación en vídeo porque "nunca se ha grabado ninguna". La madeja se retuerce. Con todo, algunos lo empiezan a tener mal después de 18 sesiones, nunca es tarde si la dicha es buena, asi sea.